Bilbao - La villa de Bilbao no solo es regada por su ría. Su ubicación flanqueada de montes que conforman el botxo implica que varios ríos de poco cauce o arroyos hayan regado durante siglos las laderas de Artxanda, Pagasarri, Monte Avril o Kobetamendi en su fluir hasta el Nervión. Cauces perfectamente identificados durante generaciones que surtían de agua potable a los vecinos de caseríos y txakolis que históricamente salpicaban las laderas con vistas al casco urbano en crecimiento. Fue durante la creciente urbanización de finales del siglo XIX y principios del XX cuando estos riachuelos fueron desapareciendo bajo calzadas, calles y plazas para conformar una buena parte de la enrevesada red de alcantarillado de la capital vizcaina.

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