LA gallina de raza serama, originaria de Malasia, es de las más pequeñas del mundo. Cabía en la palma de la mano de uno de los socios de la asociación Eoalak que se dieron cita durante el fin de semana en el frontón de Turtzioz. Más de 700 aves, entre ellas esta exótica gallina, pertenecientes a medio centenar de criadores, acudieron a la séptima exposición avícola internacional promovida por la agrupación.
“Ha venido gente desde Araba, Gipuzkoa, Cantabria, Nafarroa, Baleares, Asturias, Burgos, Valencia, Tarragona o Palencia”, explicó Miguel Ángel García, presidente de Eoalak. Un grupo de criadores fundó la asociación hace diez años para recuperar ocas y gallinas autóctonas en peligro de extinción, así como la crianza de los animales a la manera tradicional. Actualmente la componen 160 socios que organizan periódicamente muestras como la de Turtzioz. Además, “el próximo 13 de marzo se celebrará el campeonato de Euskal Oiloa durante la feria de San José, en Güeñes. Estos encuentros también sirven como puntos de venta para impulsar la tenencia de estas especies.
Adquirirlas conlleva una responsabilidad, según expusieron Claudio Fano y Juan Carlos Regojo en sendas charlas que abordaron nociones básicas de avicultura y planes de vacinación para gallineros domésticos. “No vale con colocar cuatro tablas en casa. Por ejemplo, hace falta agua y elegir un lugar sin corriente”, detalló el presidente de Eoalak, Miguel Ángel García.
Visita de Colegios Cuidados que se mencionaron a los 270 alumnos de colegios de Turtzioz, Artzentales, Karrantza y Guriezo que abrieron las visitas a la feria el viernes por la mañana. Aunque acostumbrados a un entorno rural, las plumas de los pavos reales, las gallinas africanas y un conejo Angora gris llamaron su atención. “Es una manera de dinamizar el pueblo. Buscamos llevar a cabo eventos nuevos que nos promocionen. Al cabo del año tenemos más de diez festejos incluyendo las ferias de queso y pottokas, lo que no está nada mal para un municipio de nuestro tamaño”, señaló el alcalde de Turtzioz, José Manuel Coterón.
El hotel rural de Turtzioz se llenó el fin de semana y otros alojamientos de los alrededores incrementaron sus reservas para recibir a los participantes que se desplazaron desde fuera de la localidad entre el jueves y el domingo. Una afluencia palpable en las zonas de aparcamiento, a rebosar. “Han venido con sus familias y eso genera un movimiento en la zona”, celebró el regidor. Muchos de ellos ya se conocen a fuerza de coincidir en el calendario avícola en diferentes puntos del Estado. En Enkarterri compartieron mesa en la noche del sábado en una cena de hermandad, dejando de un lado la competición.
Ander Beraza, Tomeu Fons, Claudio Fano, Mariano Mas, Joseba Pérez y el propio Miguel Ángel García ejercieron de jurado para puntuar a los candidatos a los premios del concurso: gallo y gallina de raza grande, raza enana, mejor gallo y gallina de Euskal Oiloa, raza balear, raza pedresa y raza carablanca. Junto a estas categorías se eligió a la mejor ave y criador de la exposición y mejor criador perteneciente a la asociación Eoalak. Asimismo, se crearon una serie de categorías especiales: la primera edición de los campeonatos de razas baleares, pedreses y conejo gigante de Flandes para socios del colectivo Eoalak.
Puntuación A la hora de valorar los expertos tuvieron en cuenta “la calidad y el estado de los animales, donde el juez manifiesta sus virtudes, las cosas que podrían mejorarse bajo el epígrafe de cualidades y los deseos y lo que se percibe como fallos en el apartado de defectos. La nota se adjudica en función de estos parámetros”, concretaron. De acuerdo a estos criterios otorgaron la calificación de excelente, destacada, muy buena, buena, regular, insuficiente o sin valorar a los participantes.
“El aspecto que presentan, es decir, con cola bien levantada y presencia uniforme, puntúa a favor”, según indicó uno de los treinta voluntarios de Eoalak que respondió a las preguntas de los visitantes en un espacio ubicado en la entrada del frontón.
Ellos se encargaron también de preparar el recinto y registrar las ventas que se cerraron durante la feria. “Un lote de un gallo y tres o cuatro gallinas puede rondar los 150 euros”, calculó el presidente de Eoalak. “No existe un precio uniforme, sino que cada criador establece lo que cree que vale en función de sus necesidades”, añadieron otros socios. Para ellos, el valor de las aves resulta incalculable.