Durangaldea crece por su trabajo y dedicación
Ibarretxe Kultur Etxea de Iurreta acoge el martes, a las 20.00 horas, la entrega de los VIII DEIA Hemendik Sariak de Durangaldea que reconocen el trabajo y compromiso de doce personas, entidades, empresas y colectivos
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rECONOCER las acciones emprendidas y desarrolladas por las personas anónimas, asociaciones y entidades del entorno que permiten que Durangaldea continúe creciendo día a día. Con ese objetivo, Ibarretxe Kultur Etxea de Iurreta acogerá el próximo martes (20.00 horas) la octava edición de la entrega de los Hemendik Sariak Durangaldea, otorgados por DEIA. Una gala conducida por el periodista Xabier Lapitz, y en la que se repartirán una docena de premios.
Por cortesía con el pueblo anfitrión destacar primero los dos reconocimientos iurretarras. El primero tiene que ver con la educación y la formación de los jóvenes. Así, se reconocerá la labor del Centro Integrado de Formación Profesional Iurreta que celebra su 37 aniversario dedicado a la formación de profesionales de la comarca del Duranguesado. En la actualidad las especialidades que se imparten son Fabricación Mecánica, Servicios Culturales y a la Comunidad, Electrónica Industrial, Informática, Automoción y Administrativo. Además, el centro ofrece todas las especialidades en euskera, lo que le ha convertido en referente de la impartición de Formación Profesional en euskera en Bizkaia.
El segundo Hemendik Saria que se quedará en casa será para la empresa Furesa, que lleva más de cuarenta años presente en el municipio y siendo un modelo de cooperativa a seguir. Ubicada en el polígono Industrial Santa Apolonia, el buen trabajo de Furesa ha traspasado fronteras y es demandada para crear proyectos en diferentes sectores industriales. Desde 1973, en la empresa iurretarra se concreta el esfuerzo de diferentes generaciones en torno a “un proyecto industrial cooperativo, comprometido con el futuro de nuestro entorno, generando valor mediante el servicio de un producto de gran calidad, capaz de satisfacer las necesidades de nuestros clientes en relación a materiales y calidades en fundición nodular”, explicaron desde la dirección.
cultura Un año más, la cultura jugará un papel fundamental en la VIII edición de los DEIA Hemendik Sariak. En este apartado, se encuentra el Orfeón Durangués. Y es que a lo largo de sus 133 años de existencia ha llevado el nombre de Durango por todos aquellos lugares en los cuales ha actuado.
Convertido en uno de los coros más antiguos de Bizkaia, su primera referencia escrita data de 1882 en el periódico El durangués. En su amplio repertorio ha incluido música sagrada, folklore, polifonía, oratorios, zarzuela, etc. Desde su fundación, la agrupación ha contado con cerca de una veintena de directores, siendo uno de los primeros el músico durangués Millán Elguea y el actual Fernando Urain. A pesar de su condición de coro amateur, el nivel de calidad interpretativo del repertorio es alto y presenta una gran variedad de registros. La renovación constante del repertorio es otra de las cualidades que cuida especialmente la agrupación. “Las ganas de trabajar y la ilusión de sus componentes es lo que mantienen vivo al Orfeón Durangués”, explicó Xabier Arana, integrante la agrupación coral.
Si hablamos de canto, se debe hacer mención especial a la Coral femenina Alaiak de Amorebieta. Para recordar su fundación hay que remontarse a un 15 de octubre de 1986, cuando un grupo de amigas en un día de Santa Teresa se juntaron para cenar. Tenían por costumbre reunirse por esas fechas y como siempre en la sobremesa tocaba hacer lo que más les gustaba: cantar. Aquella sobremesa fue especial. “¿Por qué no nos juntamos una vez a la semana y cantamos juntas?”, se propusieron, y ya han pasado 29 años de esa cena. La idea de crear un coro aquel día de Santa Teresa entusiasmó a este grupo de amigas que pidieron al presidente de la coral, Pedro Juan Arana, un local para reunirse. “¿Nos dejarías una salita para reunirnos para cantar? Nada, van a ser cuatro semanas?”, comentaron, pero casi tres décadas después esta familia de mujeres continúa apasionándose con el canto y la Coral Femenina Alaiak de Amorebieta.
No olvidaran fácilmente el año 1987, cuando la sociedad coral contaba con un coro de voces graves y el director les pidió que cantaran con ellos. Este fue el punto de inflexión para el coro, quizás la actuación más importante, por lo que supuso. Cantaron conjuntamente con los hombres la misa pontifical de Perosi en Larrea. A día de hoy, la Coral Femenina Alaiak esta formada por 38 mujeres. En sus inicios se reunían en los locales antiguos de canto. Desde hace ya ocho años han cambiado de local y todos los miércoles se juntan en la Sociedad Artístico Cultural Zornotza para ensayar.
De un grupo de mujeres pasamos a la figura de una y más concretamente a la de la durangarra Amaia Aroma. A sus 78 años, es una de las precursoras de Bizkaia y de Euskal Herria en el mundo del txistu y en la actualidad la txistulari de mayor edad de Durango. La historia de la primera mujer txistulari en Durangaldea fue casi por casualidad. “Mi prima quería montar un grupo de danzas, pero no había txistulari que les acompañara. En el colegio Santa Susana aprendí solfeo, y como sabía música y había aprendido también a tocar un poco de piano, me dijo que yo tenía que aprender a tocar el txistu. Me dediqué a ello porque como en casa no había piano pues no seguí practicando. Quién sabe si hubiera salido un portento de pianista, en caso de haber seguido” comenta entre risas.
Su afición a este instrumento le viene de familia ya que tiene otros dos hermanos txistularis, pero Juan Antonio Aroma ha sido quien más involucrado ha estado desde siempre con el mundo que rodea al txistu. Su tío le compró el que fue su primer txistu, que todavía hoy conserva. De madera con anillas de plata y grabado con su nombre. Reconoce que es difícil de tocar, pero “¿qué instrumento no lo es? Lo que hace falta es tener sentido del ritmo”, asegura.
Este año se cumplen 60 años desde que los txistularis de Durangaldea empezaron a ofrecer conciertos en la comarca y para celebrarlo en marzo se organizó un concierto especial donde se homenajeó la figura de Amaia por ser pionera tocando este instrumento tradicional. Ahora, su trayectoria y labor es nuevamente reconocida por DEIA, concediéndoles uno de sus Hemendik Sariak de este año.
Otro de los galardones muy relacionados con la cultura será para Markeliñe. Aprender un poco el arte del mimo y marcharse en verano a realizar espectáculos en las diferentes playas, para sacar un dinero y costearse así las vacaciones. Este fue el plan que sedujo a un grupo de amigos y a partir del cual surgió la compañía zornotzarra. A pesar de que esa primera experiencia no fue todo lo positiva que esperaban, Markeliñe ha cumplido tres décadas este año. “Llegamos a hacerlo durante una semana, pero nos salió fatal. Lo único que conseguimos fueron tickets de entradas a discotecas, pero dinero y ligar, muy poco. No fue una salida interesante ni rentable, pero nos picó el gustillo y empezamos en este mundo”, recuerda con cariño Joserra Martínez, uno de los fundadores y director de Markeliñe.
A lo largo de este camino, la compañía zornotzarra ha presentado alrededor de una treintena de espectáculos. La primera representación conocida data del 4 de enero de 1985 y fue un espectáculo de esqueches titulado Mudo fantástico. En lo que a su trayectoria se refiere, por Markeliñe han pasado alrededor de treinta personas, recibiendo numerosos y prestigiosos reconocimientos que le han convertido en una de las compañías vascas referentes. Ahora, su trayectoria y labor es nuevamente premiada por DEIA, concediéndoles el Omenaldi Saria de este año. “Siempre es bonito que reconozcan tu trabajo y más aún cuando disfrutas tanto haciéndolo”, agradecieron los miembros de esta compañía de teatro.
Como viene siendo habitual, tampoco faltará en esta edición el Merkataritza Saria, que servirá para premiar a un comercio referente de la comarca. En este sentido, hay comercios que van ligados a la historia de un pueblo. Es lo que ocurre con Sillero zapata denda, que lleva desde 1887 en Durango vendiendo alpargatas, abarcas y todo lo relacionado con el mundo del zapato. Tras cuatro generaciones de negocio familiar, el establecimiento ha pasado a manos de Maite Arrillaga. “Ayudando en la tienda llevo toda la vida. Por aquí han pasado mis padres y mis tíos y pienso que siempre es bonito dar continuidad a un negocio familiar”, explica la responsable a sus 63 años.
Ubicado desde hace quince años junto al pórtico de Santa María en la calle Kanpatorrosteta, el mítico local dedicado a la zapatería estuvo abierto toda su vida en Andra Mari, donde vendían también gran cantidad de semillas. Caracterizado por la cercanía con el cliente, el establecimiento preserva los valores de la confianza y un trato más personal, lo que le han permitido -a pesar de que la cosa está muy mal”- mantener sus puertas abiertas desde finales del siglo XIX.
En lo que al cambio generacional se refiere, Maite Arrillaga confía en que el negocio familiar pueda dar paso a la siguiente generación y el establecimiento siga atendiendo una clientela que se ha mostrado “muy fiel” durante todos estos años. Por su trayectoria y profesionalidad, Sillero recibirá el Merkataritza Saria de este año. “Siempre ilusiona y es gratificante que valoren y reconozcan el trabajo que se viene haciendo desde hace tantos años”, finaliza orgullosa Arrillaga.
Gastronomía El buen comer y beber es imprescindible en nuestra cultura y los VIII DEIA Hemendik Sariak lo tienen muy presente. Por ello, se premiará a la Bodega Eleizalde de Elorrio y al Asador Etxebarri de Atxondo.
Ubicada en el barrio elorriarra de Mendraka, y asentada sobre la mítica Necrópolis de Argiñeta, la Bodega Eleizalde desarrolla su actividad en el caserío del que toma su nombre. Todo empezó hace casi 20 años, en 1996, cuando la ganadería fue sustituida por vides, y las cuadras pasaron a convertirse en bodega. “Cuando nos dimos cuenta de que la ganadería no tenía futuro empezamos a pensar en alguna actividad agropecuaria para explotarla desde el caserío, y un amigo nos propuso dedicarnos al txakoli. De modo que, en 1992 hicimos la primera plantación y tres años después la segunda, y fue entonces cuando nos planteamos dedicarnos de lleno a este sector”, explica José Luis Gómez Kerejeta, más conocido como Txelu, responsable de la bodega de estructura familiar.
Aunque el producto estrella de la bodega sigue siendo de momento el Txakoli blanco Mendraka, el pasado mes de febrero la Bodega Eleizalde presentó el Kerixeta Beltza, denominación del nuevo producto elorriarra.
En la actualidad, la bodega cuenta con cinco hectáreas en el barrio de Mendraka, más hectárea y media de otros dos productores que les venden la uva, como son Fátima Aranzabal y Mikel Irizar -del barrio de Gazeta- y Lorenzo Arietaleanizbeazkoa, de Miota. En total producen unos 30.000 litros, que suponen la comercialización de 40.000 botellas del Txakoli Mendraka, amparado por el Consejo Regulador Bizkaiko Txakolina.
La siguiente parada la hacemos en Atxondo. Y es que, en el barrio de Axpe, junto a las faldas del Anboto, se encuentra el Asador Etxebarri. Con un dominio absoluto de la brasa, la cocina de Víctor Arginzoniz sigue la técnica ancestral del fuego a partir de diferentes tipos de leña, practicando una cocina tradicional innovada que utilizando la magia de la brasa ofreciendo sorprendentes posibilidades y preservando la identidad natural de los productos.
Convertido en uno de los restaurantes referencia, y con una estrella Michelín, su trabajo no ha pasado desapercibido para la crítica especializada ya que el Asador Etxebarri ha conseguido aparecer en las guías gastronómicas más prestigiosas del mundo. Así, este año el establecimiento ha logrado el puesto 13 de la lista The World’s 50 Best Restaurants, que elabora la firma de aguas S.Pellegrino, siendo el restaurante que más subió en el ranking, 21 puestos.
El chef Víctor Arginzoniz, quién recibirá un Hemendik Sariak por su trayectoria de 26 años entre fogones, cocina exquisitos platos en su parrilla de leña y siempre lo hace con las mejores materias primas. Entre sus platos más codiciados destacan la chuleta de vaca vieja, ostras, vieiras, angulas, bogavante, cocochas de bacalao, anchoas o solomillo, entre otros. “Bienvenidos son los reconocimientos y más aún si son por la labor que hace uno. Esto siempre es una inyección de moral y anima para seguir en el día a día”, agradeció el cocinero de 55 años.
Por otro lado, no podía faltar el tradicional Bizkaia Saria que este año irá a parar a manos de San Jose Jesuitak Ikastetxea que a lo largo de sus más de 130 años de existencia ha estado y está firmemente comprometido con su Misión Educativa, la de un colegio con identidad ignaciana.
En su inicio (1880, año de fundación), y durante muchos años fue un internado que atendía preferentemente a la formación de escolares que habían de seguir posteriormente estudios sacerdotales o religiosos. Esta situación se prolonga, con pequeñas variaciones, hasta el año 1970, en que aparece la nueva Ley de Educación. Así desaparece el antiguo bachillerato, que es sustituido por el BUP-COU, y se implanta toda la EGB. Durante el curso 1982-1983 el edificio antiguo resultaba insuficiente y hubo que acometer la construcción de un nuevo pabellón en la esquina de la calle Astarloa. Durante el curso 1991-1992 se comienza a impartir el segundo ciclo de E. Infantil y se construye un nuevo edificio con entrada por la calle Montevideo. Propiciado por el Departamento de Educación, durante el curso 2000-2001 se produce la integración del alumnado y del profesorado del Colegio María Goretti en el centro durangarra.
Actualmente, la comunidad educativa está conformada por 1.316 alumnos y alumnas (de 0 a 18 años), y sus respectivas familias, así como por un centenar de educadores aproximadamente. “Queremos agradecer este reconocimiento que nos anima a seguir impulsando un proyecto educativo conocido y reconocido, con una oferta educativa y escolar completa, comprometido con la transmisión de los valores cristianos, con prestigio educativo y con instalaciones y equipamientos de primer nivel”, agradecieron desde el centro educativo.
También merecen una distinción los clubes deportivos. La clave del éxito reside en que no dejan de ser una cuadrilla de amigos y disfrutan con su deporte favorito. Con esta idea nace en 2007 el equipo berriztarra de fútbol-sala Presion Break, y a día de hoy militan en la potente Tercera División. “La unión dentro y fuera del campo es la magia de este equipo”, explica su capitán, Gorka Herbella.
Recién ascendidos, el conjunto berriztarra ha comenzado la temporada de manera inmejorable. Con la inercia ganadora que les caracteriza, tras cuatro jornadas disputadas, el Presion Break cuenta sus partidos por victorias y lidera el grupo rompiendo el dicho de que estos equipos suelen pagar la novatada. “No nos esperábamos un arranque así pero tenemos los pies en el suelo y lo que queremos es disfrutar, no pasar apuros y terminar lo más arriba posible”, confiesan humildes sus jugadores.
En poco tiempo el club ha alcanzado cotas inesperadas y hace tres años creó también un equipo filial. Por transmitir valores en el deporte y los éxitos cosechados, Presión Break recibirá uno de los Hemendik Sariak.
Por último, y no por ello menos importante, se premiará la trayectoria de Juan Manuel Arana, zornotzarra y una de las personas más relevantes del ámbito económico empresarial de Bizkaia. Lleva desde 1975 desarrollando su actividad en Astilleros de Murueta, y su entusiasmo se mantiene intacto a día de hoy reforzándose con la experiencia de haber construido más de 200 buques.
Astilleros Murueta cuenta con dos instalaciones productivas plenamente operativas, el astillero original de Murueta, en la Ría de Gernika y el más reciente astillero de Erandio, en la Ría de Bilbao. Arana ha sido vocal, miembro del Comité Ejecutivo y Tesorero de la Cámara de comercio, Industria y Navegación de Bilbao desde 1978 hasta 2010, y del Comité ejecutivo y presidente de la Federación Vizcaína de Empresas del Metal, entre 1981 y 1999. Además, el empresario zornotzarra perteneció a los Comités Ejecutivos de la Confederación Empresarial de Bizkaia (Cebek) y de la Confederación Empresarial vasca, Confebask. Considerado un gran embajador de Amorebieta -allí donde va hace saber que es zornotzarra-, Juan Manuel Arana será premiado por su distinguida trayectoria empresarial recibiendo el Bizkaia Saria en la gala de los VIII DEIA Hemendik Sariak. “Destacaría su compromiso con la industria, su pasión y compromiso por Euskadi y su compromiso por Zornotza”, explica Andoni Agirrebeitia, alcalde del municipio, quién hará entrega del reconocimiento.
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