La llegada de la Eternal Running el domingo a Galdakao ha sido recibida con los brazos abiertos por parte de los vecinos y durante los últimos días es la comidilla de las conversaciones entre los aficionados al deporte de la localidad. La singularidad de esta cita, que aúna exigencia física y diversión, ha conseguido que el número de inscritos supere finalmente los 6.000 corredores; una cifra que implica un impacto evidente en esta localidad de 29.000 vecinos. La prueba, patrocinada por DEIA, ha entrado con buen pie en el municipio antes incluso del pistoletazo de salida y los hosteleros, comerciantes y alojamientos de la zona, así como los vecinos, cruzan los dedos para que pueda consolidarse entre los galdakoztarras.
A las puertas de que el domingo se estrene en Galdakao, las sensaciones de los organizadores no pueden ser más positivas. La previsión apunta a que se superarán con holgura los cálculos iniciales que hablaban de unos 4.000 participantes, todo un éxito para la primera incursión de la Eternal en territorio galdakoztarra. Los diez kilómetros llenos de obstáculos de esta carrera, que alguien definió como una mezcla entre un Ironman y Humor Amarillo, llevan a muchos atletas a recorrer muchos más kilómetros para trasladarse a los puntos en los que se celebra. En lo que va de año se han realizado catorce pruebas antes de la del domingo, desde Alzoaina (Málaga) hasta Australia pasando por Tanzanía. Ahora, algunos aficionados a estas carreras han colocado Galdakao en el mapa gracias a esta cita.
En el hotel Iraragorri de la localidad dan fe de ello. “El fin de semana estamos completos y a lo largo de la semana también se ha notado la carrera ya que algunos organizadores se alojan aquí. Les vemos muy ilusionados con lo que se han encontrado en Galdakao y me parecen gente muy profesional”, explica Joseba Iraragorri.
A nivel particular, en la familia Iraragorri, propietaria también del restaurante Petit Komité, la satisfacción es total. “Es importante que una localidad como Galdakao acoja eventos de este tipo, al final es un municipio en el que si no se organizan cosas existe el riesgo de que se convierta en una ciudad dormitorio al estar tan próximo a Bilbao. El restaurante también va a estar a tope y creo que los negocios del pueblo agradecerán la carrera”, añade. En todo caso, esta satisfacción le llega también como galdakoztarra y como deportista. “Lo más bonito es el ambiente que hay en el pueblo y el runrún en torno a la carrera. Va a participar gente de todas las edades y muchas otras personas, también de otras localidades, se acercarán a verla. Es una forma de dar a conocer Galdakao. El pueblo va a estar patas arriba el domingo y con un ambiente muy bonito”, explica desde este establecimiento situado en el barrio de Zuatzu.
“Mover el pueblo”
A pocos metros del Ayuntamiento, en Topa Jatetxea, también han marcado en rojo en el calendario la cita. Este establecimiento abrió sus puertas hace menos de dos años y emplea, gracias a la iniciativa de un cuatro jóvenes socios, a 11 trabajadores que el domingo tendrán una jornada muy movida. “Este tipo de actividades ayudan mucho a mover el pueblo y, aunque han firmado por tres años en principio, espero que se consolide y se celebre durante muchos más. En nuestro caso, tenemos ya muchas reservas, una de ellas para un grupo de unas 40 personas”, indica Álvaro Llonín.
Ese grupo que se acercará en masa al restaurante Topa pertenece al Gimnasio Elexalde, uno de los centros deportivos de la localidad que ha estado preparando la carrera. Al menos cincuenta abonados de este centro participarán el domingo en esta peculiar carrera de obstáculos. El gerente, Gorka Benito Pumarejo, irá el último de todo este grupo con el fin de apoyar a los deportistas que durante los últimos meses ha entrenado para esta cita. “Estamos encantados con la llegada de la Eternal”, indica.
La preparación Lo cierto es que el gimnasio Elexalde tiene un especial feeling con este tipo de pruebas. La pasada primavera entre 25 y treinta socios de desplazaron a Madrid para participar en una prueba similar. “Hicimos un entrenamiento de cuatro meses fijando objetivos y en gran medida, aunque no solo, lo enfocamos a la prueba de Madrid. La meta era que todos los que participasen pudiesen terminar la carrera disfrutando”, indica. Además, en junio, una treintena de galdakoztarras pertenecientes a este gimnasio se trasladaron a la Eternal Running celebrada en la localidad navarra de San Adrián. “Entrenar con motivación y objetivos específicos es un aliciente muy importante. Esta vez nos han traído a casa la motivación”, indica.
Las actividades que guardan mayor similitud con la prueba del domingo, como es el caso del Cross-L o el Running Taldea, se encuentran en plena ebullición durante las últimas semanas. “No es que hayamos dirigido las actividades totalmente a la carrera, pero sí que la hemos tenido muy en cuenta. Además, hemos organizado subidas al Pagasarri, al Ganekogorta y al Gorbeia pensando en la Eternal. Al margen de las actividades, mucha gente se está preparando con entrenamiento específicos por su cuenta. El gimnasio está a tope y Galdakao también está a tope. La gente está muy motivada con la prueba”, indica.
Una de las peculiaridades de la Eternal Running es que el recorrido exacto de la carrera es un secreto, un misterio que trae de cabeza a muchos vecinos de la localidad. “Se sabe que va a subir por El Vivero y ves a muchos deportistas especulando con el trazado. Mi grupo de WhatsApp echa humo con la carrera y eso es lo más bonito, que Galdakao esté tan volcado con una prueba sana como esta. Sales a pasear al perro y ves a cantidad de gente corriendo. Vas a tomar algo y ves que la gente habla de la carrera. Además, para los comercios y los hosteleros de la localidad va a ser un buen empujón”, añade.
El impacto de esta carrera ha llegado también a alojamientos de Basauri como el Hotel Armiñe, que también estará completo durante la noche del sábado gracias sobre todo a la carrera. Incluso en comercios en los que venden atuendos para disfrazarse han percibido la llegada de la Eternal, ya que parte de los corredores acuden disfrazados. “Me consta que los organizadores están muy satisfechos con la respuesta que están viendo y con las oportunidades que ofrece el terreno. Esperemos que regresen por muchos años”, concluye Iraragorri.