LA historia comienza como las grandes aventuras de la vida: en la adolescencia y con el corazón por delante. Eduardo Junkera fue coronado ayer mejor empresario vasco de 2014 en la XXIV edición de la Noche de la Empresa Vasca, organizada por Fundación Empresa Vasca y Sociedad-Gizarte eta Euskal Enpresa Fundazioa. Uno imagina al buen hombre empapado en emociones, tal y como corresponde a semejante aplauso.
¿Se le agolparon los recuerdos de su juventud...? Cuentan de su pasado que su ascensión no fue un camino de rosas. A los 15 años empezó a trabajar en Talleres Pinondo, un fabricante de limadoras y fresadoras, mientras que en horario nocturno cubría las etapas de oficialía, maestría e ingeniería técnica en días largos como tranvías, siempre con la vista al frente, hacia el futuro. Ya en su juventud profesional fue pionero de la transición industrial vasca con el desarrollo e implantación del primer FMS (Sistema Flexible de Fabricación) en el Estado y a la edad de Cristo, los 33 años, decidió volvérselo a jugárselo todo: vendió su vivienda para lanzarse a la aventura empresarial con la idea de aplicar el modelo de fabricación flexible. Once años después, en 1999, abordó su gran proyecto empresarial: Desarrollos Mecánicos de Precisión (DMP), nave nodriza del Grupo Egile que hoy preside, con presencia de altos vuelos en campos tan diversos como la aeronáutica, la salud, ciencia, energía y agua.
Visto así, la distinción puede definirse como el abrazo a un hombre audaz y apasionado. Le entregó el reconocimiento su antecesora en el trono, Amaya Telleria, otra valiente de tomo y lomo. Ambos, Eduardo y Amaya -y junto a ellos un gran puñado de emprendedores a lo largo y ancho de la historia...-, saben que no se debe abandonar un sueño por el tiempo que lleve. El tiempo pasará igual. El propio Eduardo suma ya cuarenta años al pie del cañón.
Fue una noche, como ven, electrificada por la emoción. Además de esa medalla de oro hubo otras distinciones. Así, el galardón Made in Euskadi lo recogió Ignacio Mataix, consejero delegado de ITP, por la labor realizada por la ingeniería vasca especializada en la fabricación de motores y componentes para aviación en sus 25 años de vida, Pedro José Salazar, presidente de AJL Opthalmic fue el encargado de cederle el testigo.
La compañía alavesa Aernnova, dedicada al diseño y fabricación de aeroestructuras, recibió el premio a la Innovación Empresarial, por su capacidad para adaptarse a los cambios continuos que impone la globalización. Su presidente, Iñaki López Gandásegui, recogió la prebenda de manos del presidente de Irizar, Gorka Herranz.
La última distinción de la gala anual de la empresa vasca que contó con el patrocinio del Banco SabadellGuipuzcoano, la Euskal Makila, fue para la multinacional finlandesa Wärtsilä Ibérica, que en 1987 se radicó en la localidad pesquera de Bermeo y durante tres décadas ha consolidado su proyecto, dando empleo a más de 300 personas en sus centros productivos de fabricación de motores y componentes navales en la península ibérica. El director general de la planta de Bermeo, Jon Sabín, fue agasajado por el presidente de la patronal vasca, Confebask, Roberto Larrañaga. El acta que acreditaba semejantes distinciones lo firmaba un jurado ayer presente en el Museo Guggenheim, escenario de la gala, y presidido por Jesús Alberdi. Junto a él estamparon su rúbrica Eduardo Aréchaga, Jesús Galindo, el propio Roberto Larrañaga, Pedro J. Salazar y Joseba Gondra. Todos ellos, bañados en emociones tras las historias de vida narradas en la ceremonia, escucharon las palabras de clausura del consejero de Empleo y Políticas Sociales, Ángel Toña.
La cita tuvo el poder de atracción de una piedra imán. Quizás por ello a la misma se acercaron, entre otros, la viceconsejera Itziar Epalza, Miguel Ángel Lujua, director general de IMQ; el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano; Peio Gibelalde, Imanol Pradales, José María Iruarrizaga, Javier Miranda, Pedro Sánchez, Juan Ignacio Vidarte, anfitrión de la gala; Xabier Pérez Gaubeka, Iñaki Garcinuño, presidente de Cebek; Javier Zalbidea en nombre de Iberdrola, Igor del Busto, José Ramón Gómez, Matilde Elexpuru, José Múgica, Idoia Salcedo, José López Linares, José Ramón Isasi, Carlos Rocha, José Ramón Gómez, Joserra López, Josu Goiogana, Ainara Beristain, Josu Arrien, Alberto Álvarez, Pedro Hernández, Lander Mendieta y un buen número de asistentes ligados al mundo de la empresa. No en vano, la gala contó con la asistencia de más de 300 representantes del mundo económico e institucional.