LA localidad mungiarra vivió en la jornada de ayer una tarde singular con el Día de la Carolina, un evento organizado por el Gremio de Artesanos Confitería-Pastelería de Bizkaia y la Asociación de Comerciantes y Hosteleros de Mungia.
La celebración popular tomó el centro urbano del municipio, llenándose de gente de todas las edades dispuesta a disfrutar con las protagonistas de la cita, las carolinas, ese pastel tan típico de Bizkaia. Un dulce acontecimiento que se adueñó de la emblemática zona de Andra Mari desde las 18.00 horas. Así, cientos de personas se acercaron atrapadas por el rico olor del azúcar que inundó el ambiente. De este modo, las personas pudieron degustar una o varias de estas delicias gratuitamente.
Los alumnos y profesores de la Escuela de Profesional de Pastelería y Comercio de Bizkaia fueron los encargados de la elaboración y el reparto de un total de 3.000 de estos dulces. Según el responsable del Gremio de Artesanos Confitería-Pastelería de Bizkaia, “los alumnos llevan dos semanas preparando todos estos pasteles, porque la carolina tiene mucho trabajo y hay que dedicarle tiempo”.
En el mostrador instaurado para repartir las carolinas, los alumnos se esmeraron en atender las peticiones de los presentes, desde explicar el método para realizar los dulces hasta saciar el deseo de los más golosos que repetían postre.
El objetivo del evento, además de dar a conocer el comercio y la hostelería de la localidad y alegrar el casco de Mungia, es el de “premiar la fidelidad de los clientes y promover la pastelería artesana y de alta calidad de elaboración diaria que hay en Bizkaia. Los asociados del gremio trabajamos de manera artesanal y metódica”, aseguraban desde el gremio de pasteleros. Asimismo, explicaron que “la carolina es un pastel complicado y laborioso. Requiere hojaldre, crema pastelera, huevo, chocolate, coco y merengue”. En Bizkaia, la carolina es aquel pastel que no falta en las celebraciones y que lleva años siendo el favorito de los niños. Los confiteros vizcainos son los más indicados para mostrar la elaboración de este dulce ya que la carolina es un pastel exclusivo de las pastelerías de Bizkaia.
Igualmente la Asociación de Comerciantes y Hosteleros de Mungia se encargó de completar el evento con actividades y juegos para los más pequeños de la casa. De esta manera, a partir de las 17.00 horas, la plaza de los Fueros y Matxin se atestó con hinchables gigantes con forma de barco pirata y castillos.
Sin lugar a dudas, las mayores colas de padres y niños estuvieron en los talleres de pastelería. Allí, los presentes se metieron de lleno en el mundo de la repostería agrupándose en dos mesas para elaborar de manera artesana donuts y galletas. El encargado del taller les explicó las recetas para cocinar los mejores dulces y cómo hacerlos apetitosos. A estos postres, los niños pudieron ponerles distintos sabores y decoraciones como virutas de chocolate, gominolas, colores y salsas, pudiendo personalizarlos.
Asimismo, a partir de las 19.00 horas el ambiente se colmó con el ritmo de una diskofesta con la que hubo ocasión de divertirse. Desde la Asociación de Comerciantes y Hosteleros de Mungia precisaban que “es un evento en el que los mungiarras pueden gozar con los dulces pero también se pretende impulsar el ambiente de la localidad y dar a conocer que Mungia tiene un comercio y una hostelería muy activas”. Así, el evento se constituye dentro de los diversos proyectos que esta asociación local de comercio y hostelería tiene para este curso, con el claro objetivo de potenciar la compraventa de la localidad por medio de actividades socioculturales y el fomento de la imagen de calidad y de servicio del municipio.
LEYENDAS Son muchas las leyendas e historias que se barajan sobre el origen de la carolina. Sin embargo, la versión más extendida, y la que parece ser veraz, es aquella sobre un pastelero bilbaino que decidió crear un postre especial para sorprender a su hija pequeña el día de su cumpleaños. La crema de merengue, el dulce favorito de su pequeña. Pero para que fuese más fácil de comer, el pastelero decidió ponerlo sobre un hojaldre relleno de crema pastelera. Según la historia, esa niña se llamaba Carolina y de ahí el nombre del dulce.
En la creación del Gremio de Pastelería de Bizkaia también se mezclan las leyendas. Así, sus inicios se remontan a la mitad de la Edad Media. Un gremio que antaño fue tachado de celoso y guardián de sus recetas. En el siglo XX, se mantiene de manera clandestina una vez terminada la Guerra Civil, reuniéndose en el primer piso del Café Bulevar de Bilbao. En plena transición a la democracia el gremio recupera su protagonismo público y se constituye tal como se conoce en la actualidad. En 1979 crearon la Escuela Profesional de Pastelería de Bizkaia cuyos objetivos son la formación y reciclaje de profesionales, y ser tesorero de los sistemas de trabajo y sus fórmulas tradicionales.