Pedro Oliveros y sus dos hijos, dueños del 600 más antiguo del Estado
El Basauritarra Pedro Oliveros y sus dos hijos son dueños del que probablemente sea el 600 más antiguo del estado
AL igual que el buen perfume suele guardarse en frascos pequeños, el 600 fue y es uno de esos coches pequeños con alma de un grande, lo que le ha llevado a convertirse en leyenda.
Pedro Oliveros, vecino de Basauri y propietario de Carrocerías Oli, es uno de los enamorados de este modelo. Apasionado de los coches y de la artesanía, posee el que posiblemente sea el Seat 600 más antiguo del Estado que esté aún en funcionamiento. Un coche que le ha quitado “muchísimas horas de trabajo” pero que ahora mismo “no vendería por nada”.
El Seat 600 ha hecho historia y a día de hoy, después de 58 años -desde que se creara el primero en la fábrica de la compañía en Barcelona- se le sigue considerando una joya. En los 60 se convirtió en un icono de modernidad, de libertad, un vehículo que por primera vez se hizo asequible a una clase media que hasta el momento fue incapaz de poder optar a ello. Hoy en día este coche es habitual de los campeonatos o exhibiciones creados por los amantes del modelo. Allí suelen competir por ver cuál es el más bonito, cual el más llamativo o el más antiguo entre otros. Algún nostálgico incluso, sigue utilizando su 600 como vehículo habitual.
Pedro y sus hijos Juan Carlos e Iñaki son de los que lo arrancan muy de vez en cuando. “Como mucho para ir a algún campeonato”, admite Iñaki, el menor de los Oliveros. Para esta familia lo importante “no es ganar premios” y por eso han dejado de acudir a concentraciones o campeonatos. Fue en una de las ediciones del ‘Día del 600 de Euskadi’ cuando Iñaki se dio cuenta de que tienen el “más antiguo del Estado”. Algo que se sabe por el número de bastidor, en este caso es el 100-106-412.397, mientras que el primer seiscientos que salió de la fábrica de Barcelona tenía el número 100-106-400.001. “Es imposible saber a ciencia cierta si es el más antiguo o no”, admite Iñaki, pero los premios logrados así lo atestiguan. En alguna ocasión les han comentado que “debe haber alguno por Madrid pero tampoco es seguro” . Sin embargo, lo que sí es seguro es que “se fabricó el primer año, en 1957”.
En pesetas Hace ya quince años desde que Pedro se hiciera con “esta joya” en un taller de Valladolid y por la que pagó 125.000 pesetas. Un coche que se ha revalorizado y por el que le han llegado a ofrecer 10.000 y hasta 24.000 euros. Pero para Pedro el valor es incalculable por todo el trabajo que le ha llevado.
Pedro cuenta que es obligatorio que el coche mantenga su esencia, por eso, salvo pequeños cambios el coche debe estar igual. Un dato curioso es que no llevaba cinturones, “se los pusimos, pero sin ellos podríamos circular”, comenta Juan Carlos. Otra curiosidad es la matrícula que lleva, al considerarse un coche histórico, “está exento de pagar impuestos, el seguro sale más barato y debe pasar la ITV cada tres años”, asegura Pedro. El mayor de los Oliveros cuenta que “la gasolina que hay ahora tampoco sirve del todo, y para utilizarlo se le debe añadir un aditivo”. Sin duda, el 600 se ha convertido en mito, y los Oliveros saben que lo que tienen entre manos es un perfume de los buenos.