Algunos tienen pisos en Burgos, Lanzarote o Polonia, otros cobran la RGI, conducen desde audis a opel astras, muchos de ellos están hipotecados como el resto de los mortales para pagar sus viviendas y disponen en sus cuentas hasta de 216.000 euros. La declaración de bienes y actividades de los 51 apoderados de las Juntas Generales reflejan un amplio abanico de circunstancias personales y la propia diversidad de sus integrantes.
Las viviendas que poseen los apoderados es uno de los primeros datos que tienen que declarar. Además de su vivienda habitual, mayoritariamente en Bizkaia -Ainara Aretxabaleta, del PNV; Javier Ruiz, del PP, y Asun Merinero, de Podemos, son de las pocas que no tienen ningún inmueble en propiedad-, muchos de ellos también admiten otros pisos en lugares tan dispares como Lanzarote (Joaquín Colmenero, del PSE), Polonia (Oscar Arana, del PNV), Azofra (Ibone Bengoetxea, del PNV), Biarritz (Idoia Fernández, de Bildu), Béjar (Mikel Isasi, de Podemos) o Castro (Jon Sánchez, del PNV). Salvo algunas excepciones, el precio de todos ellos está reflejado en valor catastral, por lo que las cifras que constan son muy inferiores al precio real de las viviendas actualmente, como los 12.748 euros de Irene Edesa (PNV) o los 18.871 del piso de Jesús Isasi (PP). Aunque algunos son propietarios únicos de las viviendas, también son muchos los que comparten los inmuebles bien con sus parejas o con otras personas.
¿Qué vehículos conducen nuestros apoderados? Un poco de todo, como en botica. Desde un Opel Astra valorado en 600 euros, como Alexia Castelo (PSE) al Audi A5 de Imanol Pradales (PNV), de 31.000 euros, pasando por un Ford S-Max (María Presa, del PNV), un Renault Megane (Asier Vega, de Bildu), un Volkswagen Passat (Marimar Rodríguez, del PSE) o un Toyota Auris (Lorea Bilbao, del PNV). En este apartado, la socialista Alexia Castelo incluso declara un módulo, una especie de caravana fija para instalar en un camping o terreno.
Aunque los hay que se han librado de casarse con el banco para adquirir una vivienda o han saldado ya sus deudas, la mayoría de los apoderados se ven obligados a pagar religiosamente un préstamo hipotecario cada mes. Lo hacen desde Jane Eyre Urkieta, del PNV (debe aún 55.763 euros) a Asier Vega, de Bildu (adeuda 144.905 euros), pasando por el socialista Juan Otermin (con una deuda hipotecaria de 190.000 euros), el popular Jesús Isasi (asciende a 69.204) o Mikel Isasi, de Podemos (144.720).
Previsores con su futuro, también son muchos los que disponen de ahorros en planes de pensiones o EPSV (Eduardo Andrés, del PP; Oscar Arana, del PNV, o Joaquín Colmenero, del PSE, aunque compartido al 50%), e incluso quien, como funcionario, dispone de fondos en Elkarkidetza que recibirá cuando se jubile. También son varios los que han invertido también en valores de bolsa, como Telefónica o BBVA (Alaitz Etxeandia), Santander o Mapfre (Imanol Pradales).
Aunque algunos han solicitado una excedencia para desempeñar su cargo público (como el socialista Juan Otermin o David Lopategi, de Bildu), su perfil profesional también refleja el amplio abanico de profesiones que desempeñan los apoderados, desde gerentes a profesores, pasando por abogados, directores comerciales, baserritarras, delineantes o diseñadores gráficos. En sus disponibles de las cuentas corrientes han diferencias abismales; de los 356 euros de Asun Merinero, de Podemos, a los más de 200.000 euros de Marimar Rodríguez (PSE).