es un recurso natural que reporta unos evidentes beneficios económicos a la comunidad local, a pesar de que son los surfistas los que disfrutan de la mundialmente famosa ola que ha puesto a Mundaka en el mapa. Constantes idas y venidas han rodeado a la famosa barra de Urdaibai desde que hace algunas semanas dieran comienzo las obras de recuperación de la playa de Laida, unos movimientos de arenas que fueron fuertemente contestados por el colectivo surfista. Pero Mundaka Surf Taldea (MST) busca dar un paso más. El club local desarrollará una iniciativa “pacífica” para conseguir que la ola mundakarra se convierta en “reserva del surf”, propiciando de esta forma un mayor grado de conservación.

“Pretende concienciar a la sociedad sobre el valor y la necesidad de conservar las rompientes de surf como patrimonio, recurso natural y cultural”, asegura la campaña -puesta en marcha en las redes sociales-, que experimentará su primer paso este próximo sábado a las 13.30 horas, cuando centenares de surfistas se reunirán en el puerto, junto a las instalaciones de un club que ha conseguido la adhesión de entidades como Surf Rider Foundation, las federaciones vizcaina, vasca y estatal de surf o Greenpeace, entre otros. En la Talaia se harán una gran foto de familia para después saltar al agua con sus tablas y neoprenos y hacer una cadena humana “por el recorrido que suele realizar la ola izquierda habitualmente”. Exportada la idea de Cantabria, la de Mundaka se convertiría de esa forma en la primera ola vasca que obtiene un grado de protección.

El acto público será una primera imagen con la que echar a rodar una campaña para la que MST ya ha trazado algunos de los pasos que podría dar en un futuro. Todos ellos se encaminan a que su propuesta logre obtener el beneplácito de las instituciones de Urdaibai, una Reserva de la Biosfera en la que la Demarcación de Costas, el Gobierno vasco -a través del Patronato de Urdaibai- la Diputación y el Ayuntamiento mundakarra tienen capacidad de gestión. Con una “línea de diálogo abierta” desde hace semanas con las entidades públicas, el club de surf centrará sus esfuerzos en “que la ola sea preservada como patrimonio natural y cultural”.

La campaña trataría, en concreto, de activar un mecanismo de protección para un ecosistema en constante cambio, pero al que la mano del hombre puede perjudicar notablemente. En la memoria colectiva está la desaparición de la ola hace ahora una década debido a unos dragados de la ría. Y más recientemente las reticencias que levantaron los últimos trabajos para la recuperación de la playa de Laida, que en menor tamaño -no se ejecutan los trasvases de sedimentos hacia la zona seca del arenal-, pero continuarán al menos hasta finales de septiembre, tal y como lo apunta el calendario de los trabajos.

Además de un recurso natural y paisajístico de primer orden, cabe resaltar el impacto económico que genera la ola en la economía mundakarra, especialmente en el sector turístico. Según un estudio realizado por la organización internacional Save the Waves, ese beneficio ascendería hasta los 3 millones de euros anuales.