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El Carlton acogió un concierto de cristalmonio, hecho con copas de vino, con Gianfranco Grisi

El Carlton acogió un concierto de cristalmonio, hecho con copas de vino, con Gianfranco Grisi

LA música obtenida con instrumentos de cristal se remonta a la antigüedad, a la entonces misteriosa China. Sin embargo, no fue hasta el siglo XVIII cuando se puso de moda en Europa y alcanzó su apogeo gracias a instrumentos como la llamada Glass Harmonica, inventada en 1761 por Benjamín Franklin. El propio Mozart compuso varias obras y, pese a su floreciente comienzo, pronto entró en el territorio de lo peligroso. No por nada, fue prohibida por que se decía que causaba “locura, depresión y problemas conyugales”. Se supo más adelante que aquellos posibles efectos secundarios de interpretar música con tan singular instrumento se debía a la cantidad de plomo con la que se fabricaba el cristal y no por los efectos directos de su sonido. No hay noticia de que la música sea un veneno.

Hoy mantienen esta tradición el intérprete Gianfranco Grisi, de Trento,y el experto Carlos Delgado, quienes han ideado el cristalmonio, cuyos misterios se han labrado a lo largo de décadas. Ayer apareció en escena -en el hotel Carlton, para ser más precisos...- el prodigio. El artista Gianfranco Grisi, ya les dije, acompañado del pianista Alexis Delgado, ofreció un recital con el mencionado cristalmonio, armonizando piezas musicales a través de un instrumento muy especial: varias hileras de copas de cristal llenas de vino y otros líquidos, cargadas a distintos niveles. Fue un concierto organizado por Cristalwine que ofreció la oportunidad de vivir la emoción del vino escuchando su música cautiva, junto a su cata y degustación. La novedosa experiencia nos demostró algo insólito: el vino no solo nos hace cantar en las tabernas.

emocionados Los presentes, que cataron al compás de los cristales vinos de Pazo de Señorans, Avenlino Vegas, Viña Salceda, Juve&Camps, Rioja Vega, Frontaura, Torres, Muga y Lan, quedaron prendados. Daban sorbos de emoción. Dan fe de lo que les cuento Camino Pardo, la enóloga Ana Martín, Arantza Razkin, Manuel MugaGorka Zugazagoitia, Kontxu Ibargoien, Iñaki Izagirre, Amagoia López, Ander Uribe, Gerardo Artola, el sumiller Roberto González, Jesús Fernández Urbina, Miren Arranz, Juan Ángel Basabe, Eraclio Varona, Joserra Álvarez, Lidia Rosales, Tamara Miguel, Eva Alonso, Silvia Santos, el cardiólogo Juan Mari Irigoyen, Jon Lodeiro, Nerea Cuenca, Juan Lambarri, quien también acaricia los vinos en ese pequeño templo llamado La elíptica,de Alameda Recalde, Estíbaliz Urionabarrenetxea, Juan Carlos Uribarri, Alicia Huidrobo y una legión de hombres y mujeres que vivieron de cerca una experiencia casi mágica, Y sin enloquecer un ápice.