UN cortometraje de apenas 15 minutos servirá para unir los 7.000 kilómetros que separan Igorre de la localidad venezolana de Coro. Este proyecto, promovido por la agrupación Kurkuluxetan, utiliza el fútbol como pretexto para ahondar en valores como la igualdad o la amistad a través de sus protagonistas, estudiantes vizcainos y venezolanas. El grueso de la grabación de Dena ez da futbola en tierras vascas se ha completado ya y el equipo cruzará mañana el charco para continuar con un trabajo que verá la luz en el mes de octubre.
Este proyecto tiene su origen en el éxito del cortometraje Keinuka Mugaz Gaindi... Un guiño, un sueño, una iniciativa similar que, en este caso, hemanaba a estudiantes vascos y cubanos. Aquel trabajo se pudo ver en escuelas de diferentes países europeos y americanos, entre ellos Venezuela. Koldo Zelestino, codirector de este cortometraje junto a Rita Naveira, explica este proyecto: “Estuvimos en torno a un año con el proyecto anterior y tuvo un gran éxito, estuvo en varios festivales, se pudo ver en la televisión... En Venezuela también lo pudieron ver y nos propusieron impulsar este nuevo proyecto, que será un cortometraje de 15 minutos en el que utilizamos el fútbol para abordar valores como la amistad o la igualdad de género”.
Dena es da futbola cuenta dos historias en paralelo que transcurren en Igorre y Coro. Por un lado, el cortometraje narra la historia de un grupo de chicas a las que sus compañeros no les permiten jugar a fútbol y se sienten discriminadas. En este caso, los protagonistas son estudiantes del instituto de Igorre y del equipo de fútbol Arratia. Además, la grabación en Venezuela narrará la historia de un chico al que no se permite jugar de portero al considerar que no tiene cualidades para ello. Un profesor y la coincidencia del apellido Etxeberria y Etcheberrya entre los protagonistas de uno y otro lugar servirá para que se establezca ese vínculo transoceánico que terminará dando sus frutos.
Kurkuluxetan elkartea es una asociación que lleva más de 10 años trabajando en el ámbito artístico y educativo para el desarrollo de niños y jóvenes. Este colectivo confía en poder estrenar este cortometraje en octubre en una gran fiesta en el Kafe Antzokia. A partir de ahí, el objetivo es moverlo por centros escolares, casas de cultura o festivales de diferentes países que ya han mostrado su interés.