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Cocinas solares con las antenas de EITB

Alumnos y profesores del instituto de Ondarroa reciclan las parabólicas del edificio de Iurreta para enviarlas a África

Cocinas solares con las antenas de EITB

Ondarroa - En una escuela de Dagana, una localidad del norte de Senegal, y en otra de Bamako, la capital de Malí, van a alucinar dentro de unos meses cuando les lleguen unas cocinas que funcionan sin combustibles ni electricidad. Sobre ellas, y únicamente con la energía que proporcionan los rayos solares, se puede preparar cualquier guiso. El invento, que no es nuevo, va a salir rumbo a África desde las aulas del instituto de Ondarroa gracias al trabajo de un grupo de alumnos y profesores que a principio de año pusieron en marcha el proyecto solidario y medioambiental Hondakinetatik Ekimenera. El misterio y la magia de estas cocinas solares es que se están construyendo con las antenas parabólicas que EITB utilizó en las instalaciones de Iurreta, hoy en día en desuso y propiedad de la Diputación Foral de Bizkaia. Además de las cocinas, van a enviar 15 hornos solares, otro invento elaborado con material reciclado, concretamente con cartón.

La chispa de este proyecto saltó en las clases de Ciudadanía que imparte Javi Crespo. “Yo les enseñaba vídeos de zonas desfavorecidas de Senegal y Malí y ellos se sensibilizaban, pero siempre me preguntaban lo mismo: ¿Qué podemos hacer?”, cuenta este profesor comprometido con las causas solidarias. Fue entonces cuando se acordó de lo que le dijeron unos amigos senegaleses de una ONG con la que colabora, que fueron a su casa y vieron el artilugio que había montado con una vieja antena parabólica, en el que, por cierto, les cocinó una estupenda tortilla de patatas. “Esto para África podría ser una gran solución”, le comentaron. “Y es verdad, porque allí hay un grave problema de deforestación”, señala Javi. “Necesitan mucha leña para cocinar y eso hace que los niños no puedan ir al colegio porque tienen que ir al campo a recogerla”. Así que a Javi se le encendió la lucecita. El problema era cómo se podía materializar la idea. En este capítulo de la historia entró en escena Lourdes Solozabal, responsable de la Agenda 21 Escolar en el instituto, que este curso ha centrado su actividad en la problemática de los residuos y el reciclaje. Entre ambos, y con la ayuda del profesor de tecnología, Aitor Aretxaga, que ha trabajado con la metodología PBL (aprendizaje basado en problemas), decidieron dar los primeros pasos. Comenzaron por vender en un mercadillo de Ermua los libros viejos que ya no tenían utilidad en el instituto. “En un principio”, cuenta Lourdes, “pensamos enviar la recaudación a países en vías de desarrollo, pero posteriormente, cuando surgió el proyecto, decidimos dedicarlo a la compra de material para construir las cocinas y hornos solares”.

Iurreta Solo faltaban, por tanto, las antenas parabólicas para llevar a cabo el proyecto. Y entonces Javi se acordó de las que hay en el antiguo edificio de EITB en Iurreta. “¡Lo que se podría hacer con eso!”, dice que pensaba cada vez que las veía desde el peaje de la autopista. Guiado por la curiosidad, se puso en contacto con el jefe de ingenieros de la Radio Televisión Vasca. “Me dijeron que por ellos no había problemas, pero que ya no eran suyas, que eran de la Diputación, lo mismo que el edificio”, recuerda. Así que habló con la institución foral, “y nos dieron todas las facilidades del mundo”, dice. Tanto es así que una semanas después de presentarles el proyecto ya estaban en las instalaciones desmontando las parabólicas con la ayuda de un antenista. “Nos trajimos cinco al instituto, cuatro pequeñas, de 1,60 metros de diámetro cada una, y otra mediana de algo más de tres metros”, señala Javi. Pero quedan más en Iurreta, las más grandes. “Estamos pensando qué utilidad les podemos dar”, dice la responsable de la Agenda 21 en el instituto. Por eso se han puesto en contacto con la Universidad de Eibar, con los especialistas en energías renovables, “para ver si se puede sacar adelante un proyecto para calentar agua en un centro escolar o incluso generar electricidad”. Pero ese proyecto no corre prisa por ahora. Están tranquilos ya que la Diputación les ha asegurado que las antenas que quedan en el viejo edificio de EITB están reservadas para sus inventos solidarios. Ahora mismo solo les preocupan las tres antenas y los quince hornos solares diseñados en el aula de Tecnología del instituto. Los alumnos y alumnas de Segundo de la ESO se afanan estos días en lijar las superficies de las parabólicas para posteriormente pegar papel reflectante. “Queremos que sea un sistema sencillo y barato”, dice Javi, para que allí, en África, puedan construir unas similares. Por eso el plan que han pensando consiste en que las antenas y hornos “vayan de escuela en escuela”. Para el aprendizaje y utilización de los aparatos van a editar un vídeo tutorial en francés. “Es muy importante saber cómo funciona”, dicen los profesores, “porque se llegan a alcanzar unas temperaturas muy altas en el foco donde confluyen los rayos solares”. De eso sabe mucho Javi, ya que en su casa ha cocinado con su antena “pollos y corderos”. “Y eso que aquí no hace mucho sol”, dice, “lo contrario que en África”. Por eso están convencidos de que estas cocinas solares van a ser un éxito en Malí y Senegal, ya que tienen muchas horas de insolación y “además hay muchas antenas parabólicas que se venden de segunda mano”, apunta Javi.

En tres semanas, los alumnos y profesores del instituto esperan tener listas las cocinas. “Los chavales”, dice Lourdes, “están muy ilusionados e implicados con el proyecto”. Han puesto tantas ganas que ya se han marcado una fecha para presentar en sociedad los inventos. Será el próximo 23 de mayo, con motivo del Antxoa Egune de Ondarroa, cuando los alumnos, esta vez de Cuarto de la ESO, van a salir a la calle para elaborar pintxos con las cocinas. “Serán pintxos solares”, dice uno de ellos. Tanto profesores y alumnos quieren demostrar en la villa marinera que “se puede llegar a cocinar con el sol, incluso aquí, que hay poco, con un invento de energía que está poco desarrollado”. También quieren dar a conocer los hornos solares que van a mandar a África a través de las ONG Urko Punta y Mundu Zabala y de una asociación de senegaleses para el desarrollo energético.

Hornos solares El proceso de elaboración de los hornos es mucho más sencillo. Únicamente necesitan cartón reciclado, papel reflectante... y mucha paciencia. “La diferencia con las antenas”, señala Aitor, profesor de Tecnología, “es que los rayos no se concentran en un mismo punto, sino que rebotan en la superficie”. De esa forma se genera menos calor que con las parabólicas y se tarda más en cocinar. “En un vídeo que hemos visto”, dice Aitor, “los americanos cocinan un pollo en tres horas en estos hornos”. A pesar de ello, estos hornos también podrían ser de gran utilidad en los poblados de Malí y Senegal. Los tres profesores más implicados en el proyecto están muy contentos con la experiencia porque “los chavales están aprendiendo muchísimo”, dice Lourdes. “No solo de tecnología y ciencia sino de emprendizaje, trabajo en grupo y, por supuesto, solidaridad”. Todos esperan que en verano las cocinas solares estén funcionando a pleno rendimiento en África.