Bilbao - Aunque la nieve sigue dando problemas en algunas zonas de Bizkaia, ayer mostró su cara bonita y se dejó querer por cientos de personas que decidieron pasar una jornada divertida sobre el manto blanco que ha dejado el temporal. Después de tres días de grandes nevadas, en los que la actividad laboral y escolar se ha visto seriamente alterada, llegó la calma. Y aprovechando que los pequeños de la casa no tenían compromisos deportivos, muchas familias optaron por acercarse hasta La Arboleda, Artxanda, Urkiola (como siempre, los más concurridos) para tirarse en trineo, hacer un muñeco de nieve, dar un paseo, o simplemente para inmortalizar el día en el móvil gracias a un palo de selfi. Esa es la decisión que tomaron Miren y Juan Carlos, que cogieron el funicular a media mañana para “ver Bilbao desde este precioso balcón y sacarnos unas fotos con la nieve de fondo”, nos decían. La pena, según ellos, es que “la nieve ya se ha ido de los tejados de las casas de Bilbao, con lo cual la foto no es tan guapa”. Mientras hacían este comentario, una bola de nieve impactaba de lleno en el cuerpo de un joven que corría desesperadamente con la intención de parapetarse detrás de un árbol. Aquello era una guerra abierta entre la numerosa familia Sagasti. “Nosotros vivimos en Deusto”, decía el patriarca, “pero hemos venido hasta Artxanda porque nos gusta mucho la nieve; de hecho, solemos ir a esquiar en navidades”. Pues nada, a seguir con la batalla campal. Más tranquilos estaban Wilson y Roberto, dos chicos venezolanos que se habían animado a subir hasta el monte Abril “porque nosotros no estamos acostumbrados a ver este paisaje, que es maravilloso”. Habían cogido el funicular “porque no sabíamos cómo iba a estar la carretera”. Afortunadamente ya no tenía nada que ver con los días anteriores. Se podía transitar con toda normalidad. Así que fueron muchos los que se acercaron con el coche, lo que hizo que, pasadas las doce del mediodía, los aparcamientos estuvieran petados. Así que la solución más inteligente fue utilizar el funicular, que estos días está superando cifras récord de viajeros. En la estación superior se podía ver cómo los niños salían nerviosos y disparados hacia la nieve para fabricarse la primera bola. Los más preparados subían con trineos, y otros hasta con tablas de bodyboard. Los plásticos van perdiendo fuerza. Son de otra generación. Lo que no cambia con el tiempo es el frío y la humedad que provoca el estar jugando en la nieve. Cuando los críos empezaban a tener toda la ropa mojada, llegaba la hora del cambio y del aperitivo. Unos optaron por hacerlo al aire libre y otros por refugiarse en los pocos establecimientos de Artxanda. Según nos comentaba el camarero de uno de ellos, “esto para nosotros es lo mejor que puede pasar, porque si no, cada día está más muerto, ¡qué nieve más a menudo!”. Lo mismo decían los hosteleros de La Arboleda, que allí sí que hay más oferta. Rabas, caldo o alubiada, o ambas cosas, fueron la recompensa para los que se acercaron hasta este bello rincón de la Margen Izquierda. El único problema fue el atasco que se produjo en sus accesos.
Hielo
La jornada de hoy también será propicia para disfrutar de la nieve, pero ojo con el hielo. Según Euskalmet, la temperaturas mínimas y las heladas se mantendrán hasta mañana, lunes, en gran parte del territorio. De ahí que el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco mantiene la alerta amarilla por hielo, que pueden ser moderadas en el interior de Euskadi. Ese mismo hielo es que provocó ayer varios accidentes en la red viaria. Uno de ellos obligó a cerrar al autopista AP-68 durante más de dos horas en sentido Bilbao.