Barakaldo - Con llamativos chubasqueros amarillos, Luis Río, Raúl Ramos y Jesús Buján comienzan a recorrer Barakaldo. El reloj marca las 7.20, una hora en la que hasta hace dos semanas permanecían en casa. Los tres barakaldarras acaban de incorporarse a la vida laboral después de años en el paro. Y lo han hecho recuperando para los vecinos la figura del girotalde, que se encarga de informar a los ciudadanos y recabar sus quejas y sugerencias para trasladarlas al Ayuntamiento. “Este es el mejor de los regalos”, afirman a apenas una semana de la llegada de Olentzero.

El Plan de Empleo Local, con una parte financiada por el Gobierno vasco, ha logrado que 22 vecinos de la localidad abandonen la lista del paro para enfundarse el uniforme de girotalde. “Ha sido un desahogo”, explica Jesús. Él llevada dos años en el paro y estaba a punto de tener que recibir la RGI después de 20 años trabajando como carpintero.

La figura de girotalde comenzó a funcionar en Barakaldo hace 14 años. Desde entonces se han puesto en marcha diferentes promociones siendo la de Luis, Raúl y Jesús la última de ellas. “Los vecinos reconocen la figura. Han sido muchos los que nos han transmitido su alegría de vernos de nuevo por la calle”, apunta Luis, un “albañil de profesión” que se vio abocado al paro después de que el sector decreciera a consecuencia de la crisis económica. “Este servicio de girotalde está muy bien de cara al vecino porque muchos se acercan hasta nosotros para comentarnos las deficiencias que detectan en sus zonas”, asegura. Una jornada de girotalde tiene ocho horas; un tiempo en el que “peinan” los diferentes barrios de Barakaldo en parejas. “El principal cometido de estas personas contratadas es el de recoger incidencias, como daños en mobiliarios, alumbrado, desperfectos en jardines...”, explicaba ayer Alfonso García, alcalde de la localidad fabril.

Para ello, cuentan con dos herramientas: un cuaderno y un walkie-talkie. “Nosotros apuntamos todas las incidencias que vemos y que nos traslada la gente y con ello hacemos los partes”, aclara Raúl, que ha permanecido en el paro durante el último año y medio. Pero esas no son sus únicas funciones. “El otro día se cayó una señora y nosotros nos encargamos de llamar a la ambulancia, acompañar a la señora hasta que llegó...”, recuerdan. Su presencia, además, está muy valorada en los barrios más alejados “o donde ha habido algún conflicto, ya que los vecinos se sienten más tranquilos si nos ven”.

Durante seis meses Luis, Raúl y Jesús comenzaron en su nuevo trabajo el pasado 1 de diciembre y no se quitarán el uniforme hasta dentro de seis meses. “Es una experiencia nueva, muy positiva”, cuenta Raúl. “Agradezco mucho poder estar aquí”. Ellos y sus 17 compañeros han recibido formación antes de comenzar en este empleo. “No me importaría que la experiencia se alargara y jubilarme como girotalde”, propone Luis.

Además de los girotaldes, a través del Plan de Empleo Local se ha logrado contratar a 13 personas más para avanzar en la recuperación de diferentes entornos rurales de Barakaldo con el objetivo de impulsar el monte barakaldarra como eje de desarrollo económico y poner en valor los recursos naturales patrimoniales del municipio.