GELDI hor! Estáis en zona de guerra”. Escondidos entre el espesor del bosque, armados y con varios tiros al aire, una docena de gudaris de la 3ª Sección del Batallón Loyola, perteneciente a la Compañía Bergara, recibieron ayer con esta advertencia a los participantes en el primer Congreso Internacional de Arqueología de la Guerra Civil celebrado durante la semana en Gasteiz.
Medio centenar de profesionales y expertos en la materia se encontraban en ese momento recorriendo los restos del Cinturón de Hierro de Ugao-Miraballes cuando se toparon con esta inesperada sorpresa, justo a la altura del fortín de Beretxa. Era lo que la asociación local Burdin Hesia Ugaon, anfitriona de la visita guiada, les tenía preparado en agradecimiento a su interés por conocer in situ el trabajo de campo desarrollado de manera voluntaria y altruista por un grupo de vecinos para recuperar la estructura de la mítica línea defensiva a su paso por el término municipal. “Es lo que nosotros llamamos una trinchera viviente, es decir, una sencilla recreación de la historia y episodios bélicos que sucedieron en esta zona gracias a figurantes de IKE 1937, asociación de Elgeta que siempre colabora con nosotros”, explicó a los asistentes Ritxi Zarate, miembro de Burdin Hesia Ugaon.
Fue el colofón de una jornada que arrancó a las 12.15 horas en la plaza de Ugao-Miraballes con el recibimiento por parte del alcalde Ekaitz Mentxaka. “Estamos encantados de vuestra visita. Gracias a su trabajo, Burdin Hesia Ugaon ha conseguido poner a esta pequeña villa en el mapa de Euskadi y, a partir de este momento, seguro que también en el estatal e incluso en el internacional”, afirmó con gran satisfacción.
visita guiada A partir de ahí, Ritxi Zarate e Iñaki García Uribe, su compañero en Burdin Hesia Ugao, adentraron a los asistentes en la historia del denominado Sector de Miraballes que tenía su centro de operaciones en la Casa Larrea, a pocos metros de la actual casa Consistorial. “En 1936 había aquí 2.500 personas trabajando en la construcción del Cinturón de Hierro, entre ellas una veintena de ingenieros, topógrafos, administrativos y guardias. Sabemos también que había una única mujer en nómina, Juanita de Urrutia que era la señora de la limpieza”.
La siguiente cita, y la más esperada, fue con la ruta del Cinturón de Hierro con una primera parada en el fortín de Iturrigorrialde I, en el que todavía se pueden identificar elementos como “el nido de ametralladoras, la galería de fusileros y un gran cuerpo central que era el abrigo blindado que les protegía de los bombardeos”, detalló Zarate.
Unos metros más adelante está Iturrigorrialde II en una zona que hace tres años se encontraba tapada por un bosque de juncos y un metro de sedimentos. Iñaki García Uribe explicó que “logramos localizar el hormigón de la estructura con un bastón telefónico” y destacó que “aquí hallamos la primera bala, un descubrimiento que para nosotros supuso un orgullo”.
La visita guiada terminó en el fortín de Beretxa con la modesta pero realista representación teatralizada a cargo de IKE 1937. “Esta es la foto que queríamos transmitir, el de una asociación local que disfruta difundiendo su patrimonio y su historia de una manera creativa y atractiva pero también muy rigurosa en la metodología y puesta en escena. Sin duda, es un hito y un modelo a seguir”, declaró al Xurxo Ayan, impulsor del Congreso Internacional junto a Sergio Escribano.
El itinerario fue seguido también con gran interés por un grupo de diez jóvenes llegados desde el batzoki de Deusto y por el exdirector de DEIA Iñigo Camino, que acudió junto a los congresistas.