YES of course! Tomarse un vino de Rioja Alavesa y una txistorra ya es posible en el país del fish and chips. Han tenido que llegar los del Bilbao Berria a Londres, para introducir un nuevo concepto gastronómico en una de las culturas con peor reputación culinaria.
Basta acercarse al Soho londinense, al número 2 de Lower Regent Street, para comprobarlo. Es un local de 600 metros cuadrados decorado a la última, en donde se pueden degustar desde gildas o pintxos de morcilla, a un chuletón de buey de Sondika que provoca la enviada de las más presumidas vacas de la campiña inglesa.
Esta bilbainada de restaurante nace de la inquietud de tres amigos, dos vascos y un catalán; Iñaki Lasa, Rafa Viar y Pedro López. Lasa es un conocido hostelero bilbaino que estuvo al frente del Metro Moyua y cuyo padre, el recordado Dioni Lasa, regentó el Matxinbenta, en el lugar donde ahora se ubica el Bilbao Berria en la capital vizcaina. Ademas de estos tres locales, también andan metidos en más líos, como el exclusivo Beso Beach (con las iniciales B. B. de Bilbao Berria) de Formentera, allí se embarcaron con sus socios Andrés y Miguel, en donde se pueden ver desde top models a futbolistas, como Neymar o Huntelaar.
Esta historia comienza en 1999 con una sidrería vasca en Barcelona. De ahí, los titulares dieron el salto a la plaza de la Catedral de la Ciudad Condal, y tras varios proyectos exitosos, llegaron a Londres el pasado junio y a Bilbao en agosto.
Lasa, Viar y López han llegado a la City y ya se han convertido en una referencia en la sociedad londinense. Con un local espectacular y una filosofía clara: “El mejor producto que encontramos en Euskadi lo traemos aquí”, comenta Pedro López, mientras dos turistas rusos piden un txakoli en la barra. Se han adaptado a los gustos británicos, ya que “los ingleses se comían el pintxo pero dejaban el pan y hemos cambiado la apuesta de la merluza del Cantábrico por otros pescados más del gusto local”, apunta Rafa.
Cuenta con una impresionante gama de vinos para todos los bolsillos, que van desde las 18 libras de un navarro a las 1.500 de un Sierras de Málaga. En cuanto a la comida, una sorprendente carta le sitúan entre los mejores de la ciudad en cuanto a relación calidad-precio. La cocina ha cautivado a sus clientes, acostumbrados a los típicos restaurantes españoles, que han descubierto la diferencia con la cocina vasca e incluso van cambiando sus gustos: piden la chuleta poco hecha, raciones de sardinas y de anchoas, Idiazabal o sopa de ajo. En agosto ya organizaron una Aste Nagusia con menú especial y pañuelos azules.
Este nuevo restaurante aspira a ser visita obligada para los autóctonos y para los vascos que hacen una escapada a Londres y quieren comer y beber como en casa. Y que se preparen los súbditos de su graciosa majestad, que para primavera amenazan con una fiesta de inauguración por todo lo alto. Ni que fueran del centro de Bilbao.