IBARRANGELU. Los temporales de invierno dejaron en la costa vizcaina un panorama desolador: paseos destrozados, muelles prácticamente desaparecidos, pantalanes arrasados... Además de las infraestructuras costeras, fueron las propias playas las que más sufrieron las consecuencias de los maretones, con olas de más de 14 metros que se combinaron con mareas vivas y vientos de más de 140 kilómetros por hora.
Y, entre ellas, la peor parada fue sin duda la de Laida, en Ibarrangelu. El arenal, situado en la reserva de Urdaibai y uno de los más visitados -recibió a 169.000 usuarios el verano pasado- perdió dos tercios de su superficie en pleamar. Tras varias reuniones entre instituciones, la Demarcación de Costas del País Vasco ha decidido no trasvasar arena y dejar que la naturaleza siga su curso.
Hace unos días se captaron imágenes en las que la playa prácticamente había desaparecido. La península se ha convertido en isla.
La playa prácticamente ha desaparecido”, lamentaba hace apenas un par de meses el alcalde de Ibarrangelu, Jesús Mari Ziluaga. No exageraba: los terribles temporales de invierno se llevaron más de 155.000 metros cúbicos de arena, según el levantamiento topográfico de detalle que ha realizado la Demarcación de Costas. “Esto ha provocado que la mayor parte de la playa emergida haya desaparecido”, afirman desde el área dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Las cifras son espectaculares: se necesitarían 15.500 traileres de obra, los típicos camiones con volquete, para transportar toda la arena que se llevó el mar, lo que entraría en casi 80 piscinas olímpicas de 2.000 m3 cada una de capacidad. La playa ha perdido aproximadamente 40.000 metros cuadrados de su superficie supramareal, es decir, en marea alta, y la parte de arenal que queda seca se ha visto reducida hasta los 20.000 metros cuadrados.