Granos de arroz solidarios
El joven ‘MasterChef’ Aimar San Miguel se pondrá el próximo 5 de julio al frente de un grupo de cocineros para elaborar en Ortuella una paella solidaria y así ayudar a su vecino y amigo Mikel Martín
Sabido es que lo prometido es deuda y el joven ortuellarra, Aimar San Miguel, no es de los que les gusta que le llamen moroso. Cuando fue preseleccionado para participar en la primera edición del concurso gastronómico MasterChef Junior, este niño de apenas 9 años, prometía públicamente que si le cogían para tomar parte en el programa haría una paella para que pudieran comerla todos los vecinos de su pueblo: Ortuella.
Al final, Aimar no solo participó en el programa sino que se comió con patatas al público por su alegría y su desparpajo. Todo ello sin olvidar sus conocimientos culinarios, que le auparon hasta las semifinales del concurso y a un reconocimiento popular que le ha llevado a otros platós televisivos como los de ETB, a eventos multitudinarios o a prestar su imagen, cándida y algo pillina, para la nueva campaña de promoción de Disney Channel.
Sin embargo, a pesar del despegue mediático, Aimar, como buen cumplidor, no se olvidó de lo prometido y una vez finalizadas las clases en el colegio público Otxartaga, este cocinero de pantalón corto saldará su deuda-promesa el próximo 5 de julio. Ese día se pondrá al frente de un grupo de cocineros, exconcursantes algunos de ellos de aquel programa televisivo, para elaborar una paella de la que esperan repartir unas 3.500 raciones.
Solidario
Este reto gastronómico tendrá además un fin solidario con Mikel Martín, otro niño de Ortuella que el 1 de agosto cumplirá 9 años y cuyo día a día viene marcado, paradójicamente, por una rara alergia alimentaria que le impide la ingesta de casi cualquier tipo de alimentos vía oral. Ayer, en la presentación de esta iniciativa que pretende conseguir fondos para que Mikel pueda tener un patín eléctrico con el que mejorar su movilidad -afectada por una sensación de cansancio recurrente-, el muchacho comparecía con su mochila adornada por el muñeco del pitufo filósofo en la que transporta la bomba gástrica que lleva conectada a su estómago y que le permite alimentarse de manera habitual con papillas y leches especiales. “El día de la paella, Mikel no podrá comerla, pero intentaremos que con la medicina que toma desde hace dos años, aunque es muy duro, le permita comer aunque sea un gallo que le pueda cocinar Aimar”, señalaba su madre, Ana Fernández, visiblemente emocionada por el apoyo que para Mikel supone este evento solidario.
El alcalde de Ortuella, Saulo Nebreda, mostró el total respaldo del Ayuntamiento a esta iniciativa que se desarrollará, a partir de las 11.00 horas, en la plaza Otxartaga. “Estamos muy orgullosos de que Aimar participe y se involucre en esta actividad y también lo estamos por la lucha que el pequeño Mikel libra día a día”, afirmó el primer edil, quien recordó que el caso de Mikel ya había despertado el apoyo de miles de vecinos que, a lo largo de los últimos tres años, han tomado parte en la recogida de tapones solidarios. “Aquella campaña llegó a su fin, pero la ayuda y respaldo a este niño y su familia continúa”, subrayó el alcalde.
2 Euros
En este sentido, Nebreda quiso destacar la colaboración de la cadena de distribución Eroski, quien sufragará los 6.000 euros en los que han sido valorados los alimentos con los que Aimar y sus amigos cocineros prepararán la paella, cuyas raciones costarán 2 euros. El portavoz municipal, Borja Kristobal, señaló que ya se han distribuido por bares y comercios de la localidad los tiques para participar en esta paellada popular y solidaria. “Creemos que va a ser un día histórico en el que este pueblo volverá a demostrar su compromiso y solidaridad con todas y todos aquellos que lo necesitan”, remarcó Kristobal, quien apuntó que ese día el céntrico parque de Otxartaga contará con música, animación y juegos infantiles.
Además, y gracias a la colaboración de la Fundación Mikel Uriarte, los vecinos y visitantes que se acerquen por la plaza podrán colaborar con Mikel Martín mediante la adquisición de diferentes objetos artesanales elaborados por la madre de este niño para poder costear las terapias que necesita. “En este curso escolar, en un mes ha logrado cumplir un sueño: aprender a leer y escribir como sus amigos”. Aimar también realizó su sueño de participar en el concurso y ahora cumplirá su promesa.