Pepe Hidalgo, el hijo de 'El sabio de las viñas'
Se hizo ingeniero agrónomo, como su padre, y ha llegado a ser un experto en todo lo relacionado con la enología
Pepe Hidalgo nació y estudió en Madrid pero se crió en el campo, en Mora de Toledo, el pueblo de su padre. Allí, entre vides y olivos, mamó la pasión por la viticultura gracias a su progenitor, un prestigioso ingeniero agrónomo que ha pasado a la historia de la Agricultura en España como El sabio de la viñas. Así que es muy normal que Pepe siguiera sus pasos, aunque reconoce que a veces le ha supuesto "un peso ya que es complicado vivir a la sombra de un árbol centenario". Al igual que su padre, se hizo ingeniero agrónomo, y amplió su formación con los estudios de Enología.
Sus comienzos en el mundo laboral se desarrollaron en la docencia universitaria, pero fue derivando hacia la actividad privada, centrada en el asesoramiento a bodegas. La alianza profesional que forjó con la bilbaina Ana Martín le llevó a abrir en Bilbao, a finales de 2013, la Bodega Urbana, un nuevo concepto de la venta y degustación del vino. Pepe, que vive a caballo entre Logroño y Bilbao, es un entusiasta del txakoli, incluso tiene una pequeña bodega en Hondarribia. El txakoli es uno de sus vinos preferidos, junto al Albariño, para tomar "una copa de buen vino antes de cenar, el mejor momento para degustarlo".
Pepe se entusiasma cuando habla de Mora de Toledo. "Tiene un aceite buenísimo", dice. Pero lo que siempre le ha cautivado han sido las cepas. "Mi familia tenía una bodega y una alcoholera", cuenta. Y eso determinó probablemente que su padre se decantara por la Ingeniería Agrónoma. "Fue funcionario del Instituto de Investigaciones Agrarias", recuerda Pepe, "y llegó a ser un referente mundial, un auténtico sabio de la viticultura".
Con ese referente, Pepe, segundo hijo del matrimonio, se decantó por hacer lo mismo. "Es normal", dice, "vivía en aquel ambiente y a mí me atrajo mucho el tema". Tras acabar la formación académica se puso a dar clases de Enología en la Escuela de Ingenieros. "Llegó un momento en el que empecé a compartir la docencia con la asesoría a bodegas", dice.
Comenzó en Galicia en 1989, en la zona del Albariño, donde desarrolló varios proyectos bodegueros. Posteriormente, estuvo un par de años al frente de unas bodegas en las Rías Baixas hasta que dio el salto a La Rioja. "Me especialicé en enderezar entuertos", dice. Por eso le llamaron en 1994 de Bodegas Bilbainas. La cogió "en horas bajas" y consiguió reflotarla. Tanto es así que, en 2007, la compró una gran empresa productora de cava catalán. Fue entonces cuando Pepe decidió dejar de trabajar para los demás. "Tenía ya los hijos mayores y fue cuando dije: no quiero tener más jefes". Y creó su propia empresa.
Asesor Desde entonces ha conseguido hacerse con una buena cartera de clientes. Asesora a los bodegueros "en el diseño de vinos, de nuevos productos, una tarea muy bonita y creativa", dice, y desarrolla nuevas bodegas. Tiene varios proyectos abiertos en Pollenca (Mallorca) y Requena (Valencia). Pero tampoco abandona su faceta docente. Actualmente, es profesor de Enología de la Universidad de La Rioja y de la UPV, y también es profesor del Basque Culinary Center. "Es bueno estar con gente joven", dice, "escuchas y ves tendencias".
Pepe ha sido uno de los culpables de que el vino que se elabora en el Estado haya dado en los últimos años un gran salto de calidad. "Se ha mejorado mucho el cultivo de la viña", afirma, "y eso ha sido lo más importante, porque un buen vino se hace con una buena uva". También ha contribuido a la mejora, según él, el cambio climático, sobre todo en vinos como el txakoli. "Las zonas frías como el País Vasco, Galicia o la Rioja Alavesa, se han beneficiado con el cambio climático ya que les ha permitido tener más horas de sol", aclara.
Uno de los vinos favorecidos por todas esas circunstancias ha sido el txakoli, un caldo por que el Pepe siente una gran predilección. De hecho, ha asesorado y asesora a varias bodegas vascas. "A nivel de calidad están estupendamente", dice. Prueba de ese nivel es la anécdota que cuenta: "Cada vez que hablo con un importador americano lo primero que pide es un txakoli... y además, se han aprendido una palabra impronunciable para ellos como es la variedad de uva hondarribi zuri". El txakoli es uno de los vinos que Pepe saca en las sesiones de cata que imparte en la Bodega Urbana. Porque Pepe también es un experto catador. Anima a la gente a introducirse en el mundo del vino, aunque advierte que se tome "con moderación".