En la calle bailamos todos juntos en San Antonio, verbenas, bajadas y paellas. Son nuestras fiestas. Por encima de todas las otras", con este mensaje, cantado a ritmo de una conocida melodía del grupo Amaral, los muchachos y muchachas de Meatzaldea Eskautak animaron este pasado viernes a los vecinos de Gallarta a celebrar sus fiestas patronales.

Ellos fueron los elegidos por la comisión municipal de fiestas de San Antonio para ser los pregoneros de este año coincidiendo con la celebración del primer cuarto de siglo de vida de este grupo scout que contribuye a la educación de jóvenes "con valores que preconizan un mundo mejor y donde las personas puedan desarrollarse plenamente", tal y como destacó la alcaldesa, Maite Etxebarria el pasado 28 de febrero durante la celebración local del Día del Voluntariado Juvenil.

Miembros de la asociación Euskalherriko Eskautak -que aglutina a 27 grupos de Bizkaia (cuatro en Meatzaldea)-, el grupo gallartino antes que scout era un grupo de tiempo libre parroquial que dio el salto al escultismo con la llegada de Javi Oñate, sacerdote consiliario de la zona. "Tengo entendido que grupos de la misma índole cambiaron de clubs de tiempo libre a la filosofía eskaut, empezando por Ortuella y Muskiz, y siguiendo por Gallarta y Trapagaran", apunta Zuriñe Jiménez una de los 11 monitores con los que cuenta el grupo en el actualidad.

Ella, como el resto de compañeros -mayoritariamente chicas- tomó el relevo a los monitores de antaño como Anuska, Álvaro, María, María Jesús, Jon, Alex, Kike y un largo etcétera de jóvenes que adoptaron los principios del escultismo y lo trasladaron, año atrás año, a los cientos de jóvenes que han formado parte del club.

Sesenta chavales Hoy día en Meatzaldea son cerca de 60 chavales los que crecen desarrollando algunos de los principios más importantes para el escultismo como son la autosuperación, el cuidado de la naturaleza, el compañerismo y el compromiso. Jóvenes que se distribuyen en cuatro ramas, según sus edades, y que portan un color particular en el nudo de sus pañoletas rojas con una filigrana blanca y negra.

Así los Kaskondoak, son los miembros más jóvenes del grupo, con edades de entre 10 y 11 años, y que lucen el color amarillo, "símbolo de la inocencia y el dinamismo. Los de 12 y 13 años son Oinariñak que portan el color azul de la mar, porque empiezan a madurar y a profundizar en los temas que les interesan. Los Azkarrak, de 14, 15 y 16 años, ostentan el color rojo de la pasión, ya que en esa edad son pura dinamita, y los Trebeak, de 17 y 18 años, el verde de la esperanza, puesto que son el futuro del grupo y también de la sociedad ya que intentamos que nuestra chavalería sea crítica, responsable, activa, altruista...", destaca Zuriñe, que como todos los monitores luce en su pañoleta el color blanco "porque es la unión de todos los colores". Una unión que estos días pasa por la organización de un jornada de celebración del aniversario.

Fiesta en junio El cumpleaños del club tuvo lugar el pasado mes de abril pero lo van a celebrar por todo lo alto el 21 de junio en la Plaza Eusko Gudariak. "Será una jornada intensa, que comenzará por la mañana con diversos talleres para niños y jóvenes a los que seguirá una comida popular, un rally de cuadrillas y animación musical", comenta Koldo Silva Yepa, coordinador de los grupos eskaut de Meatzaldea quien destaca que para los jóvenes eskaut la llegada del verano es el premio más esperado del año.

"Se hacen muchas actividades al año con salidas y excursiones pero el verano es la estación en la que llevamos a cabo el campamento de dos semanas. Allí no hay móvil ni tablet ni nada, solo naturaleza y ganas de pasarlo bien con los amigos y encima sin tener a los padres encima", explica este monitor que ya anda dando vueltas a la chanza que compartirá en el concurso de anécdotas que tendrá lugar en la sobremesa de la comida popular. A la prueba están invitados los monitores veteranos -algunos rozan la cincuentena- entre los que estarán quienes, hace 25 años, se colgaron una pañoleta eskaut al cuello.