DONDE ponen el ojo, ponen la bola. Con el ceño fruncido y el gesto seriote, alzan el tiragomas, tensan el elástico y afinan la vista a través del punto de mira. No hay diana que se les resista. Los miembros de esta familia de Mungia y de Maruri-Jatabe son unos auténticos craks del tiragomas, unos fanáticos de esta disciplina. Unai Iturregi y sus aitas, Jesús Iturregi y Merche Díez, y sus tíos, Daniel Díez, Mari Cruz Díez y Josu Aguirre, descubrieron hace unos años las bondades del tiragomas y se han volcado entrenando para pasear su puntería en campeonatos. Incluso la novia de Unai, Itziar Martínez, se ha animado a convertirse en tiradora.

Compiten habitualmente en tiradas que se organizan en el País Vasco y han tomado parte en competiciones en otros puntos del Estado como Gijón, Avilés o Albacete. Incluso han viajado dos veces a Bélgica y una a Chequia para participar en campeonatos internacionales. Y han dejado el pabellón bien alto: en una de las citas belgas quedaron primeros en la modalidad de equipos. El pasado año repitieron este triunfo en Chequia, y además Unai quedó primero en individual. Ahora calientan motores para volver a este país en julio. Y tienen toda la intención de revalidar el título. Todos se batirán el cobre en la categoría individual, y Unai, Jesús y Daniel, lo harán también en equipo junto a otro tirador, Emilio Gil.

Esta fiebre del tiragomas entró en la familia Iturregi-Díez hace cosa de seis o siete años, cuando todos fueron a fiestas de Maruri-Jatabe, donde se disputó un concurso de esta disciplina. Fue allí donde saltó la chispa. Esta familia inició una entusiasta trayectoria hacia el perfeccionamiento de la técnica y la puntería. "No creíamos que se podía ser tan certero", explica Daniel. "Al principio tratábamos de darle a un balde, luego a una lata, y ahora ya trabajamos con palillos. Es una herramienta muy precisa", añade.

Pero además, este clan de tiradores cuentan con una gran ventaja, y es que, Jesús Iturregi elabora a mano y con mimo los tiragomas. "Es nuestro departamento de I+D+i", ríe Daniel. "Tiene una obsesión continua por mejorar", afirma. Jesús talla los tiragomas en bella madera de nogal, con formas anatómicas, completamente adaptadas a la mano y las necesidades del tirador. Son unos tiragomas técnicamente cuidados, con puntos de mira fijos o intercambiables, con materiales de primera, que nada tienen que ver con aquellos tirachinas que consistían en un rústico palo. Utilizan como proyectiles bolas de rodamientos y entrenan en zonas de tirada que tienen habilitadas en sus casas.

A Chequia Ahora, se preparan para el campeonato internacional de Chequia, que se disputará a lo largo de tres días en julio y donde se verán las caras más de cien participantes. "Llevamos buenas expectativas, pero hay mucho nivel, todo el mundo va mejorando", asegura Unai, que destaca la importancia que tienen los factores externos a la hora de tirar. "Aspectos como la luz influyen", apostilla este mungiarra. Por depronto, y a la espera de esa gran cita, hoy mismo tienen otro punto de encuentro relevante en Gallarta, donde se disputa el campeonato de Bizkaia.

"No sé lo que tiene el tiragomas, pero engancha. Es la satisfacción que da el lograr pegar a cosas tan pequeñas", concluye Unai.