EL 28 de enero Juan Urteaga Loidi habría cumplido cien años. Compositor, impulsor de la música en euskera y figura destacada del panorama cultural donostiarra, Urteaga nació en Balmaseda. La efeméride no ha pasado desapercibida en su villa natal, que le rendirá varios homenajes: mañana la coral Kolitza interpretará dos de sus temas en la semana coral de Begoña y el 15 de marzo se instalará una placa en la casa de la plaza Marqués de Legarda en la que vino al mundo uno de sus vecinos más célebres y, al mismo tiempo, desconocidos. "Juan Urteaga es una figura muy importante que estamos descubriendo más a fondo a raíz del aniversario", afirma el concejal de Cultura, Kepa Intxaurbe, que ha trabajado junto con el Ayuntamiento de Donostia en la agenda de actos que marcarán esta fecha durante el año.
Hijo del prestigioso organista Luis Urteaga, nació en Balmaseda, ya que su padre era discípulo del entonces encargado del órgano de la iglesia de San Severino, Martín Rodríguez Seminario. A su llegada al municipio encartado, Luis Urteaga se alojó en casa de la familia Loidi y "se enamoró de la mayor de las tres hijas", narra el edil de Cultura. El fruto de este amor fue Juan, que con los años igualaría el talento de su padre.
El pequeño Juan no residiría demasiado tiempo en Enkarterri. Cuando su padre fue designado organista de la iglesia donostiarra de San Vicente en 1920, la familia hizo las maletas rumbo a la capital guipuzcoana. De ahí dio el salto a París "para completar sus estudios de órgano de la mano de Marcel Dupré becado por la Diputación Foral de Gipuzkoa", según cuenta la coral Kolitza. Tras la Guerra Civil regresó a Donostia y "repartió sus tareas entre el órgano y la dirección de coros, entre ellos el Easo". No solo eso, en 1940 fundó la agrupación coral Schola Cantorum. Su impronta llegó también a San Juan de Luz, donde llegó para hacerse cargo del coro de la iglesia. En 1977 recibió la medalla de oro de la ciudad en reconocimiento a su labor.
Durante su estancia en Iparralde, se acercó a los monjes benedictinos de Belloc, que "encontraron en él un colaborador excepcional para sus ediciones de música pastoral post-conciliar". Y es que Juan Urteaga Loidi "fue uno de los precursores de las composiciones religiosas en euskera, canciones que los monjes de Belloc siguen cantando a día de hoy", según recuerda Koldo Antero, miembro de la coral Donosti Ereski y de la comisión que coordina los eventos para conmemorar el centenario. Koldo se enorgullece de haber conocido a Juan Urteaga en persona: "Debuté hace más de cincuenta años cantando una de sus obras en un coro. Juan Urteaga fue una persona muy influyente en aquella época que organizó mil actividades y se preocupó por atraer a los jóvenes a la música", rememora.
Esquivar la censura
Además, se las ingenió para sortear la censura franquista en su lucha por impulsar la cultura vasca. "Si no se podía cantar en euskera, él armonizaba las composiciones como si sonaran en euskera", describe Koldo Antero. Son canciones como las que sonarán mañana en la basílica de Begoña en las voces de los componentes de la coral Kolitza. El 15 de marzo por la tarde se unirán a ellos los coralistas de los grupos que Juan Urteaga dirigió en Donostia en un concierto en la iglesia de San Severino.