En su inmensa mayoría son los feligreses de Santo Tomás, productores que cada 21 de diciembre miran al cielo, casi en rogativa, con la esperanza de que no llueva. Así ocurrió en 2013 y cerca de 200.000 personas acudieron al tradicional mercado de Santo Tomás organizado por la BBK para perderse por un dédalo de puestos y un mar de frutas, hortalizas, quesos y panes, txakolis, mieles e incluso animales vivos. En verdad, muchos de aquellos visitantes llegaron con la ilusión de cada año: comerse un talo con chorizo.

Ayer, la propia BBK señaló las nueve estrellas más brillantes de esa galaxia de 286 puestos que participaron en el mercado, espolvoreados por el Bilbao viejo. Lo hizo desde la firme convicción de que apostar por el sector primario no es una actitud de segundones sino, tal y como afirmó el presidente de BBK, Xabier Sagredo, "un gesto de implicación con el territorio, con su gente, con sus ilusiones, sus valores y sus problemas, desde la cercanía y con profesionalidad".

Así, ayer se supo que a lo largo de las 86 ferias organizadas -un millón de euros de inversión a lo largo de todo el año, que no es moco de pavo...-, Sonia Isasi, de Iurreta, ha presentado el mejor stand. Ayer acudió a recoger el premio junto a la pequeña Adriana Isasi. Casi a la vez, Naiara Idalgo, de Ubidea, recogía el galardón que la distingue como la mejor productora joven. Ella es el ejemplo, dicho sea con permiso de los hermanos Coen, de que el campo no es país para viejos. O al menos no tan solo.

Metidos en harina (de maíz, por aquello del talo...), habrá que recordar que José Etxebarria, de Gatika, ganó el premio BBK Santo en la categoría de frutas, distinción que recogió en su nombre Itziar Etxebarria. Y que Adela Andikoetxea, diosa del campo en la mitología de las ferias agrícolas, se impuso, una vez más, en la categoría de hortalizas. Ellas fueron las dos primeras en subir al estrado de la sala BBK de la Gran Vía en una ceremonia guiada por Joseba Iriondo. Tras ambas lo hicieron Igor Txurruka, de Markina-Xemein, por sus sabrosos quesos; Maite Leanizbarrutia, capaz de elaborar el mejor pan, allá en Elorrio; Ruben Gaubeka, en nombre de Txakoli Abio de Bakio, donde se elabora un gran txakoli blanco; José Domingo Txabarri, quien le sigue la huella en el txakoli tinto, y Luciano Uriarte, mano de santo en la elaboración del txakoli ojo de gallo. Para ponerle broche a la constelación aparecieron los dos últimos galardonados: Ekaitz Aurre, quien elabora una portentosa miel en Portugalete, y Juan Antonio Zabala, quien cría animales de granja como nadie, allá en Getxo. Cada uno de ellos se llevó 600 euros en metálico y una placa de honor.

Testigos de cuanto les cuento fueron, entre otros, la diputada de Agricultura de Bizkaia, Irene Pardo; los concejales Mariano Gómez, Marta Ajuria, Beatriz Marcos e Inés Pascual; el director de la obra Social de la BBK, Gorka Martínez; Endika Ortiz de Zarate y Rafael Calviño, también en nombre de la BBK; el enólogo Roberto González, el acordeonista Asier Loroño, Ibon Imatz, Santi Larrea, Iñaki Lekerika, Jon Aldeiturriaga, Arantza San Andrés, Ibon Agirre, David Torre, Marino Montero, José Antonio Bilbao, el sumiller Patxi Zabala, Mari Carmen Macazaga, Mari Carmen Alcibar, Emedina Madariaga, Yolanda Gastaka, Iñaki Garitagoitia, Asier Altzibar-Aritxuloaga, Pedro Gorostiza, Nieves Martínez de Morentín, José Antonio Intxaurtieta, José Ramón Torre Atela, Igor Camaño y una legión de gente apegada al agro, de tipos que disfrutan con cada fruto de la tierra.