El batzoki de Areatza celebra hoy sus cien años de historia
Itxaso Atutxa, presidenta del Bizkaia Buru Batzar, será la encargada del mitin del aniversario
Areatza. El batzoki de Areatza soplará hoy cien velas. Lo hará de la mano de Itxaso Atutxa, la presidenta del Bizkai Buru Batzar (BBB) que ofrecerá un mitin a las 13.45 horas, tras la hizada de la ikurriña. Antes, a las 12.30 horas, habrá una concentración a las puertas del local y, a las 13.00 horas, misa en recuerdo de los militantes fallecidos.
El batzoki de Areatza no siempre estuvo en su ubicación actual, a la entrada de Gudarien plaza. En sus inicios, en 1913, se inauguró en la casa frente a la fuente del Aska. Este caserón que, con el tiempo fue derribado y sustituido por el actual bloque de viviendas, contaba con una fonda, cafetería y taberna cuyos propietarios eran Nicomedes Ortiz de Zarate y su mujer Mari Cruz Maguregui. Hasta esta edificación llegaban los veraneantes y las diligencias que paraban en la villa para descansar.
Fue a principios de siglo pasado cuando derribaron la vivienda para construir la edificación de cuatro plantas y el bar que se convirtió en el batzoki en 1913. Las dictaduras de Primo de Rivera y Franco paralizaron la actividad en el batzoki que volvió a la vida en 1976, ya en su actual ubicación en Askatasun kalea.
Reuniones en la escuela Por aquel entonces, los simpatizantes del PNV empezaban a reunirse en la escuela de Zulaibar y en el Zinema de entonces, conocido como Txirtis. Un año después, compraron el edificio donde hoy continúan reuniéndose en las dependencias que se ubican sobre el bar.
Este edificio, construido en 1921, es un bello ejemplo de la arquitectura que puebla el casco histórico de Areatza. Es de planta cuadrangular y cubierta a cuatro aguas. Se trata de una construcción de planta baja, dos alturas y desván en la fachada principal, con adornos de mampostería y entramado de madera en algunos tramos de la última planta. Todo este sector se decora con listones de cemento que reproducen, una vez pintados en tonos de color madera, los clásicos entramados de la arquitectura popular.
De su estructura, destaca un mirador volado de madera, que muestra tallas ornamentales a base de símbolos solares y rosetas, en una línea muy tradicional. En este mismo muro se abre una pequeña ventana de medio punto del siglo XVI.