Etxebarri. Ocho de cada cien edificios europeos están destinados a acoger la práctica deportiva. El ahorro energético que supondría que estas instalaciones fueran más sostenibles sería considerable. Por ello, la Unión Europea cofinancia el proyecto llamado Sporte2 (Energy Efficiency for European Sport Facilities) que está siendo probado entre polideportivos del continente situados en Roma, Oporto y Etxebarri.

El sistema, implantado en la localidad vizcaina, de la mano de Tecnalia y Emtesport, busca hacer que el edificio sea más inteligente e intuitivo. Tanto, que pueda adelantarse a las necesidades energéticas que requerirá la instalación para las siguientes 24 horas. Así, se basa en una red de sensores y otros equipamientos que miden los niveles de temperatura, humedad y confort en las diferentes dependencias y los adapta a las necesidades. Una de las peculiaridades del sistema es que está expresamente creado para instalaciones deportivas, con características muy diferentes a las del resto de edificios.

La Unión Europea ha escogido estos tres polideportivos como instalaciones tipo. Una de ellas, la italiana, por no estar automatizado controlándose todos los valores energéticos (calefacción, etc.) de forma manual. Igualmente, el de Oporto ha sido elegido por estar a caballo entre mecanización y sistema manual, mientras que el de Etxebarri es el representante de los polideportivos cuyos sistemas energéticos están totalmente automatizados. El caso vizcaino además juega con la ventaja de tener instalados sistemas de producción de energía renovable como los paneles solares.

Lo que hace el nuevo sistema es monitorizar la energía que se gasta en la instalación. Da respuestas al cómo, dónde, cuándo y por qué se produce esa energía, se utiliza o se intercambia con la red. Además, el sistema aprende y se configura para dar una mejor respuesta a las necesidades. Por ejemplo, si un día detecta que hace demasiado calor, la jornada siguiente empezará a enfriar antes para que no ocurra lo mismo.

El objetivo final es la consecución de una reducción significativa del consumo, con una disminución de las emisiones de CO2 y el consiguiente ahorro económico. "El coste energético de esta instalación de Etxebarri es de entre 110.000 y 120.000 euros al año, por lo que la reducción del gasto puede ser importante", explica Iñaki Bilbao, de la oficina técnica de Emtesport. El ahorro perseguido ronda el 30% del gasto.

Más confort En Etxebarri se está incidiendo en dos parámetros: la humedad del aire y la temperatura. "Trata de maximizar el confort reduciendo el consumo" señala Borja Tellado, portavoz de Tecnalia. Antes de probar el proyecto en Etxebarri, se hizo una auditoría energética en el polideportivo que será comparada con la que se realice dentro de seis meses. Durante este periodo le dará tiempo a funcionar en al temporada de invierno y primavera.

Realizar esta prueba en Etxebarri cuesta 100.000 euros de los que la mitad paga la Unión Europea. El coste total del proyecto es de 4,8 millones de euros. Una vez termine el proceso, el polideportivo mantendrá la instalación. En caso de que dé buenos resultados, la UE podrá sugerir la puesta en marcha de este sistema a todos los países miembro.

Para difundir el proyecto, el jueves tendrá lugar una jornada técnica en el palacio Lezama-Leguizamón a la que acudirán representantes de los países que soportan la prueba piloto, así como empresas del sector y personal de otros ayuntamientos interesados en instalar este sistema en sus municipios.

Esta jornada comenzará a las 9.30 horas con la presentación técnica en el palacio. Los invitados subirán, a las 13.30 horas, al polideportivo donde podrán ver in situ el proyecto en funcionamiento.

"Participar en este proyecto fue uno de los motivos por los que Etxebarri ganó el distintivo de Ciudad de la Ciencia y la Innovación", considera el alcalde, Loren Oliva. El polideportivo de Etxebarri se construyó en 2005 aunque las piscinas interiores que alberga vieron la luz en 1995.