Historia de dos vidas cruzadas
La historia de hoy comienza en 1911 así que ya tiene una edad. Fue en aquel año cuando la compañía TAG Heuer patentó el primer cronógrafo de salpicadero para automóviles y aviación, el archiconocido Time of Trip. La firma, fundada en 1860 por Edouard Heuer se ha colocado a lo largo de este tiempo en la vanguardia de la relojería suiza, toda una garantía como la heladería italiana o la escudería alemana. Pero si el Time of Trip es el patriarca de su especie, la compañia suiza cuenta con la joya de la corona: el icónico reloj Carrera, el primer cronógrafo deportivo diseñado específicamente para pilotos profesionales y entusiastas de las carreras. Cincuenta años después de su creación sigue siendo el abanderado del automovilismo.
Miremos un poco por los retrovisores de la historia. Los relojes Heuer han sido testigos de la historia de la humanidad en el último siglo y medio. Cronometraron las Olimpiadas de Amberes, París y Amsterdam e innumerables pruebas deportivas como el esquí o pruebas de motor, incluyendo la Fórmula 1. A principios de los años sesenta, John Glenn se convirtió en el tercer astronauta norteamericano que subía al espacio y lo hizo con un cronógrafo de la casa atado a su cintura y Steve McQueen lució un Monaco, otro modelo de la firma, en su película Le Mans. Como ven, el siglo XX y lo que se lleva rodado del siglo XXI han conocido el desarrollo de una firma que se ha convertido ya en legendaria. Hoy la imagen de la marca es Leonardo Dicaprio.
Da la sensación de que la compañía persigue un sueño que ha acompañado al hombre desde que se civilizó: acelerar o ralentizar el tiempo, domarlo hasta que vuele por encima de los sesenta minutos por hora. En la noche del pasado jueves TAG Heuer se posó en Bilbao. Lo hizo en Perodri Joyeros, que inauguró en su tienda de Gran Vía, 33 la exposición 50 años de Carrera, en la que los amantes de la relojería tendrán ocasión de observar piezas históricas de la colección Carrera, procedentes del Museo TAG Heuer en La Chaux de Fonds (Suiza), así como piezas de relojería de vanguardia (Monaco V4 y Carrera Mikrogaph) y las novedades Carrera 2013.
La historia de ese modelo se cuenta rápido. En 1963, Jack Heuer, el hombre responsable de algunos de los avances más innovadores en el cronometraje deportivo, centró su atención en las necesidades específicas de los pilotos de carrera profesionales. Bautizó la colección Carrera con el nombre de una carrera legendaria, la Carrera Panamericana. Creó un diseño basado en una esfera abierta y fácil de leer y en una caja resistente a los choques, estanca y resistente al desgaste causado por el uso en carretera. Había nacido una colección mítica.
Más de medio siglo tiene Perodri Joyeros, que nació como taller de joyería, con el que pronto empieza a forjar un estilo propio de diseño de joyas. Su fundador, Carlos Pérez Albertín contaba con una extensa trayectoria trabajando en varios talleres artesanos, en los que aprendió un oficio que pronto hizo suyo, lo que le llevó a fundar su propio taller en Bilbao.
Ambas vidas acaban de cruzarse en la villa. Así, en la exposición que permanecerá abierta hasta el 9 de diciembre estuvieron presentes Miguel Folque, director comercial de TAG Heuer; Ferran Pascual delegado comercial, Nerea Galdeano, Karlos Pérez y José Ángel Ruiz de Azua, en nombre de Perodri; Jon Ibon Izagirre, María Arias, Magdalena Suárez, relaciones publicas de la Abao, Miren García Bernaola, directora de relaciones externas del Teatro Arriaga; Juan Pedro del Romero, director Inversis Banco en Bilbao, Genma López, Jesús Tellaeche, Maribel Jiménez, José María Indiano, Juan Ignacio Padró, Fernando Ruiz, Carlos Lezama, Juan Carlos Villagra, Pilar Lanzagorta, Nuria Izquierdo, Antonio Iñiguez, Rubén Rodríguez Seco, Kepa Olabarrieta, en nombre del Bilbao Convention Bureau, María Luisa Mata, Idoia Gutiérrez, en representación de DEIA, Santi Oliván y un buen puñado de admiradores de un reloj de ensueño.