Quienes le conocieron saben que Txema Fínez fue un hombre de ley, un hombre que buscaba justicia, dicho así, con mayúsculas. Lo digo porque no es extraño en estos tiempos que quienes piden justicia anhelan que les den la razón. No era de esos Txema, sino un hombre entregado a una pasión. Cursó todos sus estudios en Bilbao y completó la carrera de Derecho en la Universidad de Deusto, donde obtuvo el título de catedrático de Derecho Civil, siendo en número uno de su promoción. Fue docente en Deusto y en Cantabria y accedió a la carrera judicial por el cuarto turno, el reservado a juristas de prestigio. Un 15 de octubre de 2010, siendo por aquel entonces viceconsejero del departamento de Justicia del Gobierno vasco, la muerte se cruzó en su camino. Tenía apenas 48 años.
Ayer volvieron a recordarle, como cada día, familia, amigos y compañeros de leyes. Lo hicieron en el Colegio de Abogados de Bizkaia, donde se escenificó la entrega del primer Premio Txema Fínez a la Promoción de la Justicia, concedido por la Asociación Txema Fínez que preside su viuda, Susana Marañón. Se supo entonces que el primer galardonado con tal distinción es el catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Deusto, Ricardo de Ángel, quien había dirigido la tesis doctoral del propio Txema. Dos fotografías con su estampa y un lema envidiable -"He sido feliz en todo lo que he hecho"- presidieron la ceremonia a la que no faltaron Luis Mari Cordero, los hijos de Txema, Aitor y Olatz Fínez; sus padres, Leoncio Fínez y Josefa Ratón; Sabin Garaizabal, Edmundo Rodríguez, Alberto Seco, Idoia Mendia, Alfonso Gil, José Antonio Pastor; el presidente de la Sociedad Bilbaina, Germán Barbier, Leopoldo Sánchez Gil, Isabel Ortiz, Alfredo Alday, Karmele Huidrobo, Mariví Aparicio, Begoña Marín, Elena Gonzalo, Alberto Madariaga y un buen numero de gente dedicada al Derecho.
La asociación, anuncia, tiene previsto llevar a cabo en los próximos meses otras actividades en el ámbito penitenciario o la sensibilización en centros educativos, así como convenios de colaboración con el centro de menores de Aramaio que lleva el nombre de Txema Fínez. Se han conjurado para que su espíritu no desfallezca.