Bilbao. Marilza Ribas ha visitado por la mañana el Guggenheim y a la salida del museo se ha acercado a una tienda de souvenirs ubicada en los alrededores para llevarse su recuerdo de Bilbao. En las estanterías y en las baldas se asoman coloristas figuras; ikurriñas, pupys de peluche, gugenheines en miniatura, camisetas con motivos vascos, pañuelos con la baldosa, txapelas, imanes, bolsas, llaveros, bolígrafos... y un largo etcétera que complica la elección a la turista brasileña. Finalmente, Ribas se decanta por una ikurriña y por un simpático Puppy de peluche. "Me encantan los colores de la bandera. ¿Es del País vasco, no?", pregunta la mujer.

El abanico de objetos de regalo que se presentan en el catálogo bilbaino son cada vez más variados. Bilbao se abre al mundo y sus rincón generan emociones que antes eran impensables de provocar. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer en el mundo del souvenir bilbaino.

DEIA ha hablado con dos diseñadores bilbainos que trabajan en la búsqueda de ese regalo que represente a Bilbao y que al verlo no deje indiferente a nadie. Oscar del Hoyo creador del pañuelo con la baldosa de Bilbao y David Tazueco, diseñador del Txikito coinciden al afirmar la importancia de que las instituciones locales continúen implicándose en la creación de imagen de ciudad. "Es fundamental para que la chispa siga activa y para que de ahí salga ese icono con la impronta de Bilbao", comentó Oscar del Hoyo.

Lo cierto es que el mundo del souvenir ha cambiado en los últimos años a medida que la demanda ha ido creciendo. "Afortunadamente la colección de regalos y de obsequios es muy grande, pero lo que faltan son recuerdos especiales, que sirvan para transporta fuera de nuestras fronteras el sentimiento bilbaino", explica el diseñador David Tazueco. Concretamente, Tazueco es el impulsor del Txikito como souvenir. Un buen día cogió un vaso de txikito, lo rodeó del packaging que él sabe hacer y lo convirtió en un souvenir artesano. "El Txikito no es un obsequio al uso. Detrás tiene una historia, como la txapela, la ikurriña... La idea es que quien nos visita se lleve ese sentimiento, esa historia, lejos", apunta.

'Souvenir' especial Desde Bilbao Turismo, en coordinación con diseñadores y artistas quieren avanzar en la creación del souvenir especial; ese que despierta los sentimientos más profundos entre quienes nos visitan y porqué no, atraiga la atención de los propios bilbainos. "Es muy complicado, pero creo que lo hemos logrado. A los que lo han visto les ha encantado", relataba con misterio el diseñador. Solo lanza un par de pistas. "Es muy bonito, atractivo, de mano y despierta ese sentimiento de lo que somos", cuenta. Sin embargo, Tazueco es consciente de las dificultadas que entraña crear un souvenir con esas características, por eso, prefiere ser cauto antes de desvelar su forma. "Lo conoceréis pronto. Y estoy seguro que mucha gente de Bilbao lo querrá comprar", comenta.

Sobre los souvenirs no hay nada escrito, no es fácil conseguir un objeto que cuaje entre el público. "A veces apuestas por un objeto porque crees que va a gustar y descubres que no. En cambio, otros que no pensabas que iban a tener recorrido te sorprendes de las ventas", cuenta del Hoyo. Hay de todos los tipos, colores, formas y precios. Lo importante es lograr que ese souvenir guste y sea fácil de llevar.

La txapela hace gracia ¿Pero cuáles son los souvenirs preferidos de quienes visitan la capital vizcaina? Entre los más solicitados se encuentran las txapelas, los pañuelos con el logo de la baldosa y el vaso de Txikito. "A los turistas las txapelas les hace mucha gracia", apunta María Ángeles Aparicio, responsable de la tienda de regalos de Bilbao, ubicada en el Casco Viejo. Aparicio lleva 14 años con esta tienda y ha sido testigo de la evolución que ha dado la ciudad, el turismo y la gama de souvenirs que existen en la actualidad. "Hay de todo. A medida que ha ido creciendo los turistas ha ido evolucionando este sector. La oferta ha crecido y la demanda también", cuenta Aparicio. Lo cierto es que no hay turistas que no se lleven un recuerdo de la villa a sus ciudades de procedencia. "En Bilbao hay souvenirs de calidad y muy bonitos", afirma.

Si antes -coincidiendo con los primeros años de inauguración del Guggenheim- los más vendidos eran todos los relacionados con el museo de titanio, ahora, a medida que la ciudad se ha abierto al mundo, los turistas se llevan otro tipo de obsequios a sus lugares de procedencia. "El pañuelo con la baldosa se vende todo el año, les encanta", dice Aparicio. "En el País Vasco y cómo no en Bilbao hay muchas cosas que gustan. En fiestas han entrado un grupo de turistas italianos y han salido vestidos con la ropa típica de aquí, para disfrutar de Aste Nagusia. Es impresionante de qué manera se mete la gente en la cultura; les sorprende y les gusta mucho", dice la responsable de Gotzone.

Pero no todo el mundo se decanta por llevar peluches, figuras o ropa. Hay quien prefiere llevarse ese recuerdo gastronómico que les sirva para ampliar la estancia en Bilbao a través del paladar. Entre los productos estrella se encuentra el txakoli y el queso. Koldo y Ainhoa son los responsables de Basque. Un negocio exquisito, con una gran variedad de productos de label que merece la pena visitar. Por la tienda, ubicada cerca de La Alhóndiga, han pasado un gran número e turistas principalmente estatales. "El extranjero apenas se decanta por los productos gastronómicos. El que sí compra es el catalán, madrileño. Saben lo que quieren y vienen a por ello", explica Koldo. Quieren llevarse una botella de buen vino vasco y el queso. "Vienen con la idea, saben que son productos de aquí y de calidad. Generalmente se dejan asesorar", cuenta Koldo.

Concretamente este año las pulseras maris de colores se han convertido en el objeto festivo. Oscar del Hoyo ha sido su creador y asegura que ha sido bastante bien aceptada. Se han vendidos 38.000 pulseras, aunque del Hoyo afirma estar por debajo de las previsiones. "Yo me arriesgo. A veces me sale bien, otras, no tanto. Prefiero que me sobre antes de quedarme corto", relata el diseñador Lejos quedan aquellos años -con el Guggenheim recién inaugurado- la lista de souvenirs era tan limitada como sobria. "Bilbao ha cambiado y el mercado de souvenirs ha ido evolucionando con el mismo ritmo. Antes pocos visitaban Bilbao como turistas; era impensable crear souvenirs para que nos recordasen fuera", explican.