Bilbao. Junto con otros tres compañeros fundó la empresa Bilboats, que ofrece singladuras por la ría de forma continua.
¿Le tengo que llamar capitán?
No, yo soy patrón. Tengo el título de patrón portuario, que es para navegar en aguas interiores. Es un título profesional para embarcaciones de hasta 150 personas y hasta tres millas de navegación, así que este barco no puede salir a la mar.
¿Cuánta gente puede navegar a bordo en este barco?
Tenemos capacidad para 80 personas en las dos cubiertas.
¿Y qué recorrido hacen?
Navegamos durante dos horas desde el puente del Ayuntamiento hasta Santurtzi y Portugalete. También hacemos otro viaje hasta Zorrotza de una hora, pero el viaje estrella es el que llega hasta el Abra. Vamos despacio para que la gente pueda verlo todo mientras escucha nuestras audioguías, que las tenemos disponibles en seis idiomas y están hechas por un profesional de la oficina de turismo.
¿Surcáis la ría solo en verano?
No, este es un negocio que está activo todo el año. Aunque en invierno trabajamos el fin de semana y en febrero dejamos el barco para la revisión anual.
Pero también tienen servicio de alquiler particular.
Sí, se puede alquilar la embarcación para alguna fiesta o evento. Muchas empresas ya lo han hecho y también grupos de amigos y familias, para cumpleaños, bodas o comuniones. Incluso tenemos un recorrido especial para ver los fuegos artificiales de Aste Nagusia desde el barco, pero desde hace unos años nos alquila ese servicio una empresa de licores.
¿Y cómo nace Bilboats?
Empezamos en 2009 y somos una tripulación de cuatro personas, nos turnamos. Vimos que en otras ciudades había barcos que ofertaban paseos por la bahía o por la ría y pensamos que Bilbao también tenía que tener uno. Yo antes era marinero, me asocié con otros tres compañeros, saqué el título de patrón, y formamos esta microempresa, que es Bilboats, porque el verdadero nombre del barco es Ibai Alai.
¿De qué se hace un barco?
Este está hecho de fibra, porque es mejor para su mantenimiento. Lo hicieron en Orio y está especialmente diseñado para esta ría, porque tiene muchas mareas, baja y sube mucho y hay zonas de la ría donde hay poco calado, por lo que era necesario un barco con poco fondo y una buena altura para que cuando haya marea baja, la visibilidad sea buena. Este barco costó 600.000 euros.
¡Menuda inversión!
Sí, aún lo estamos pagando. De momento no es un mal negocio. No recibimos ninguna subvención ni ayuda, pero si tenemos bastante publicidad en los hoteles y en las oficinas de turismo, porque, al trabajar todos los días, ofrecemos la garantía de que nunca va a dejar de existir un servicio. Nuestro mayor problema es el tiempo porque la gente se piensa que cuando hace malo no se puede subir al barco y no es cierto, sí navegamos. No estamos en alta mar y tenemos una parte cubierta.
Y ¿alguna vez han tenido que gritar 'hombre al agua'?
No, no ¡ y menos mal!. Es muy difícil que pase eso, a no ser que alguien se tire intencionadamente. El barco es nuevo, seguro, no hay olas y vamos muy despacio a una velocidad de tres a cinco nudos, para que la gente pueda ver los diferentes puntos del recorrido. Como mucho, algún niño se ha tropezado, pero porque los niños no paran.
En la ría, ¿el barco más grande pasa primero?
Lo bueno que tiene la ría es que apenas hay tráfico, la norma principal es el respeto y hay que ir siempre por tu estribor. Aparte de nosotros hay otros dos barcos más, embarcaciones particulares, las traineras y las piraguas. Con estos últimos, especialmente, hay que tener cuidado de no hacer olas. Teniendo respeto y navegando con cuidado, no tiene por qué haber problemas. Nosotros nunca los hemos tenido.