Durango. Ane Ibarzabal decidió abandonar Durango, su pueblo natal, para embarcarse en un proyecto profesional. Al de poco de terminar la carrera, se marchó a Sevilla a realizar un máster y, posteriormente, entró en Cuatro. Ahora, presenta los informativos matinales de Telecinco. Nos cuenta su andadura por Madrid y lo que añora Euskadi y, sobre todo, Durangaldea.
¿Echa de menos Durango?
Mucho, y lo peor es que, cada día que pasa, me cuesta más estar lejos de casa. Si tuviera a mi madre y mis hermanos aquí, en Madrid, sería perfecto. Pero, la perfección no existe y, a veces en la vida, para conseguir unas cosas, hay que saber renunciar a otras, aunque pese.
¿Cada cuánto tiempo suele venir?
Intento ir mucho. Por ejemplo, he estado allí los tres últimos fines de semana. Pero depende del trabajo.
¿Madrid, Bilbao o Durango?
Durango para vivir, Madrid para trabajar. Bilbao para ir de compras y visitar a mi hermana.
Un lugar de veraneo en Euskadi.
Lekeitio. ¿Para qué buscar lejos, cuando el paraíso está tan cerca?
¿Qué plan tiene para el verano?
Pasar las tres últimas semanas de agosto, precisamente, en casa. En Durango. Son para mí las mejores vacaciones. Para respirar aire puro, desconectar, disfrutar del paisaje, pero, sobre todo, de mi gente; mi familia, mis amigos... De las fiestas de Bilbao, que hace tiempo que por trabajo no he podido ir. Del pintxo-pote, que me encanta. ¿Dónde voy a estar mejor? ¡Si lo tengo todo allí!
¿Cuándo terminó la carrera?
Hace nueve años. Comunicación Audiovisual, en la UPV/EHU. Después me fui a Sevilla a hacer un máster de comunicación televisiva y, de allí, a Madrid.
¿Cuales fueron sus primeros pasos dentro del periodismo?
De prácticas, supongo que como mucha gente, en EiTB.
¿Como surgió lo de ir a Madrid?
Cuando terminé el máster en Sevilla, volví a Durango y me puse a enviar curriculums como loca. Era un momento en el que se estaban creando cadenas nuevas, entre ellas Cuatro. Y un día me llamaron, hice las maletas y me fui, siempre pensando que era algo temporal, que volvería. Y, mira, de momento, allí sigo. Se ha marchado la gente que fue conmigo de Durango, menos yo.
¿Siempre le ha gustado la tele?
Siempre he querido trabajar en televisión. Es de las pocas cosas que he tenido claras en todo momento; me encanta la tele. Lo primero que hago en cuanto llego a casa es encenderla y me gusta ver de todo, series, películas, cualquier programa que me entretenga; porque, al final se trata de eso, de entretener.
Si tuviera que dejar la televisión, ¿por qué otro medio se inclinaría?
No lo sé. Es una pregunta que me hago mucho últimamente. Yo creo que me reinventaría y que me dedicaría a algo completamente distinto. Aunque no descarto hacer algo de periodismo de moda. Este verano quería irme a Milán a hacer unos cursos, pero me sorprendieron ofreciéndome presentar el matinal de Telecinco y ¡aquí estoy!
¿Le gustaría trabajar en Euskadi?
¡Claro! Siempre que sea un trabajo que me aporte, que me interese, que me ayude a seguir aprendiendo.
¿Al margen de los informativos hay algún otro formato que le atraiga?
Me gustan mucho las entrevistas y los programas de debate. Pero, no me cierro a nada, cualquier formato puede ser interesante si se hace bien, en equipo y respetando siempre al espectador que, al final es el que quita o pone, el que tiene la última decisión.
¿Qué significa presentar el informativo matinal de Telecinco?
¡Estoy feliz! ¡Encantada! Ha sido un sorpresón, porque no me lo esperaba para nada. Sé que es algo temporal, pero siempre agradecida de que cuenten conmigo. Los cambios, las oportunidades son muy buenas; vienen bien para aprender. Todo es nuevo: el equipo, el formato, el horario. Son dos horas y media en directo, los periódicos están frescos y el reto es alentador: informar a los que se están despertando y conseguir que no se duerman con la actualidad, que se enganchen a unas noticias que preparamos en equipo porque, eso sí, yo pongo la cara, pero detrás de la cámara hay más caras que son piezas clave para que todo funcione.
¿Son muchos en el equipo?
Somos pocos, pero el ambiente no puede ser mejor. Nos reímos un montón, que es lo más importante y eso que el horario es duro. Además, todo es siempre más sencillo si tienes también a tu lado en plató a alguien como Roberto Fernández. Gran profesional y mucho mejor persona y compañero. Ya nos conocíamos de CNN+ y ha sido un auténtico placer reencontrarme con él.
¿Cuál es la noticia más dura que ha tenido que dar?
La más dura, recientemente, el accidente de tren de Galicia. La noche de trabajo fue terrible, a medida que pasaban los minutos, iba subiendo el número de muertos. Las imágenes eran horribles, angustiosas. Mucho sufrimiento, mucho dolor, caos, desastre... Uno es incapaz de imaginar cómo en un segundo, se puede provocar semejante tragedia. Hay noticias para las que uno no se prepara nunca y que preferiría borrar de un plumazo. Viendo desgracias así te das cuenta de que basta un instante para perderlo todo. Por eso hay que vivir, vivir... Que se nos va el presente recordando el pasado y temiendo al futuro.