Bilbao. El precio del oro se ha incrementado notablemente en los últimos años y con él los robos de joyas a ciudadanos y comercios, en muchas ocasiones de forma violenta. En apenas quince días, se han registrado dos asaltos a joyerías vizcainas. El primero de ellos, tuvo lugar el pasado lunes. Un grupo de ladrones desvalijaron una joyería de Barakaldo a la que accedieron a través de un butrón realizado en una lonja contigua que llevaba varios años en desuso. El segundo caso se produjo el pasado día 3 en Algorta. Varios hombres entraron en una conocida joyería y golpearon al propietario para hacerse con el botín.
Son muchos los robos violentos de joyas en las calles y en joyerías; casos que la Ertzaintza llega a resolver en muchas ocasiones. De hecho, en Bilbao, la Policía vasca resuelve más de sesenta delitos de robo de joyas al año. Esto se debe en gran medida a los controles que realiza a los comercios de compraventa de oro y joyas de segunda mano.
La Ertzaintza efectúa un control sistemático de estos establecimientos, que en el caso de la villa está permitiendo resolver una media de 60 delitos cada año. Gracias a estas revisiones la Policía vasca detectó prácticas irregulares e ilegales en una minoría de establecimientos del sector, lo que se ha traducido en la detención, en los últimos meses en Bizkaia, de nueve responsables de este tipo de negocios por delitos de receptación principalmente.
El incremento del valor del oro, además del número de robos, generó un aumento en el número de negocios dedicados a la compraventa de joyas de segunda mano. Actualmente, Bizkaia cuenta con 99 establecimientos de compraventa de oro registrados de los cuales noventa abrieron sus puertas en los últimos tres años.
Desde la implantación del sistema de controles, en 2010, y hasta 2012 la Ertzaintza de Bilbao ha podido aclarar gracias a esa labor un centenar de delitos. Así mismo se han detectado 85 casos de delitos de receptación, falsedad o estafa. Esas más de 60 operaciones anuales contra la delincuencia por el control de las joyas en la demarcación de Bilbao se han desarrollado en toda la provincia de Bizkaia y también en Zaragoza, Madrid, Logroño, Burgos o Nafarroa. Fruto de esa labor de seguimiento de esa actividad se han abierto además en esos tres años 150 expedientes por hechos contra la Ley de Seguridad Ciudadana.
Uno de los casos más significativos se ha producido entre marzo y mayo de este año 2013. La Ertzaintza desarrolló en esos meses dos operaciones encadenadas que son ejemplo de la conexión entre ladrones y receptadores. Primero se detuvo a una banda dedicada al robo en viviendas y comercio de Bizkaia y Cantabria, a la que se acusó de medio centenar de asaltos. Las pesquisas sobre el destino de lo robado llevó dos meses después a la detención de cinco personas, responsables de dos compraventas de oro en Portugalete, acusados de adquirir a sabiendas de su procedencia ilegal piezas de oro y joyas sustraídas por la banda de ladrones.
Hace unos meses la Ertzaintza detuvo en Barakaldo a una mujer de 32 años, empleada de un establecimiento de compraventa de oro, por sustraer dos kilogramos de ese metal falsificando la documentación del contrato. También se han llegado a practicar detenciones por receptación y falsificación de documentos de responsables de estos establecimientos en Bilbao y Getxo. En agosto de 2011 en Bilbao se produjo la coincidencia de que los asaltantes de un hombre mayor al que sustrajeron con violencia un anillo y una medalla de oro fueron detenidos tras intentar vender esas piezas en el establecimiento regentado por la hija de la víctima.
El método La Ertzaintza realiza desde el año 2010 un control sistemático de todas las transacciones de compraventa de oro y joyas de segunda mano. Los expertos policiales de la Unidad de Investigación Criminal de Guardia reconocen que el seguimiento de esta actividad económica está ofreciendo buenos resultados a la hora de retirar de la circulación a autores de ventas irregulares y receptadores que se sitúan a ambos lados del mostrador de la compraventa. Esta actividad está sometida a la leyes de Seguridad Privada, Seguridad Ciudadana y Metales preciosos entre otra normativa. Semanalmente los responsables de esos negocios deben llevar a la comisaría de su demarcación una copia del contrato donde se recogen los datos más significativos de la transacción. El informe incluye el valor de la operación, el peso, los quilates entre otros detalles y una imagen de todo el material. De momento, el proceso se realiza en papel aunque el Departamento de Seguridad trabaja en la implantación de una fórmula telemática que agilice este trámite.
A partir de la entrega de esos informes la Policía vasca cuenta con un período de tiempo, en el que las piezas no pueden ir a fundición ni volver a la venta, durante el cual se investiga su procedencia. En el caso de Bilbao, los agentes responsables de su control reciben una media semanal de 1.500 contratos de transacciones. Este sistema de control fue creado en el seno de la UICG de la Comisaría de Deusto en 2010 aunque hoy en día se aplica en todas las Comisarías de Euskadi.
Los agentes cruzan la información recogida en esos contratos con la descripción de joyas y piezas de oro y otros metales preciosos que se aporta en los centenares de denuncias que semanalmente recibe la Policía Vasca. Si se localiza alguna coincidencia, la Ertzaintza inmoviliza todo el lote y amplia la investigación hasta confirmar la procedencia ilícita del oro o las joyas. El caso se cierra con la detención de los autores del delito y la devolución del botín a su legítimo dueño.