Bilbao

LA convocatoria era a las doce del mediodía frente a la entrada principal de la catedral de Santiago. La única condición para poder acudir a la cita era ir vestido o vestida con trajes de época, concretamente de principios del siglo XX. Y allí estaban, puntuales, Conchi y Mari Luz Reinares, dos hermanas bilbainas que no dudaron en participar en la segunda edición del desfile Bilbao 1900, una iniciativa del polifacético Fernando Botanz. Al igual que ellas, medio centenar de personas dieron colorido a la capital vizcaina con sus trajes de época. Todos iban impecables, unos de señoritos y otros de aldeanos. Turistas y curiosos se quedaron sorprendidos por el espectáculo y no pararon de inmortalizar el acto con sus móviles y cámaras fotográficas.

Conchi y Mari Luz posaban como dos auténticas estrellas de cine ante los fotógrafos y las miradas de los curiosos. Por algo era el segundo año que desfilaban. Y lo hicieron porque las dos cantan en el coro del grupo Covadonga de Solokoetxe, uno de los cuatro que dirige Fernando Botanz, que fue el que les animó a vestirse de época para la ocasión. Se animaron enseguida porque, tal y como confesaba Conchi: "A nosotras nos encanta disfrazarnos". El resto era coser y cantar. Sí, porque las hermanas Reinares, además de cantar, cosen. Ellas mismas confeccionaron los vestidos que ayer lucían orgullosas. "Hemos cogido unas telas que no utilizamos y hemos hecho un apaño", decía una de las hermanas. Antes del desfile ya presentían que se lo iban a pasar muy bien, "porque el año pasado disfrutamos muchísimo, y hoy (por ayer), que hace un día estupendo, seguro que ocurre lo mismo". Conchi y Mari Luz tenían la intención de comer en El Bernardo con otros participantes del desfile. Y cuando les preguntábamos cuál era el secreto para tomar parte en el paseo de época, Conchi contesta sin dudar: "Lo que no hay que tener es vergüenza".

Tampoco tenía vergüenza Espe, una mujer de 80 años, de Ibarrekolanda, que iba vestida de aldeana. "Yo me apunto a todas la batallas; me meto en todas las salsas porque tengo mucha cara", decía, mientras recordaba que ya hizo sus pinitos como figurante en los actos del 700 aniversario de la fundación de Bilbao. "Allí me vestí de carguera, y me lo pasé muy bien". A su lado, Ameli, de 76 años y vecina de Berango, iba vestida de "señora de época". Ameli, al igual que Conchi y Mari Luz, acudió al desfile por Fernando Botanz, que también dirige el coro Aurrera Beti.

Trajes vascos Para que hubiera el máximo colorido y realismo de época, el desfile contó con la participación del grupo Jantzi Jarauntsi Troupe de Derio, que lo animó con su trikitrixa y, por supuesto, con los impecables vestidos de sus componentes. Por ejemplo, Fermín, que iba caracterizado de jauntxo de la primera década del siglo XX, señalaba que la razón de ser de su grupo era "reivindicar el traje vasco". Con la notas del txistu de Mikel Bilbao, Fernando Botanz bailó un aurresku de honor frente al portalón de la catedral, donde los personajes ataviados con los trajes típicos de la época representaban una boda. La salutación del alma mater del desfile, que no paraba de dar órdenes, dio paso al inicio del desfile. Recorrieron la calle Bidebarrieta, cruzaron el puente de El Arenal hasta llegar a la Plaza Circular. Allí hicieron un alto en el camino para reponer fuerzas en el Café Iruña, un establecimiento de época. Y por último, el grupo se dirigió hasta el palacio de la Diputación. Fernando Botanz cerró el acto con otro aurresku de honor.