Arkotxa. Ya solo quedan agujetas y la sensación de un trabajo bien hecho. Los 200 vecinos que participaron en el Vía Crucis de Arkotxa no dejaban ayer de revivir las escenas que protagonizaron el jueves por la noche con la celebración de la Última Cena y el viernes a la mañana durante el Vía Crucis. "Ha salido todo a pedir de boca. Mucho mejor incluso que en los ensayos", asegura Aitor Sainz, director artístico de los actos de Semana Santa que se celebran en Zaratamo desde hace 48 años. La alegría inmensa que reflejan sus palabras tiene mucho sentido. Y es que para que el resto de sus vecinos puedan disfrutar de las actuaciones, los María, José, Magdalena, Jesús, etc. han estado trabajando desde septiembre organizando los decorados y aprendiéndose los diálogos. Todo su esfuerzo se ha visto recompensado estos días. La cruz que estrenaban este año resultó todo lo firme que debía aguantando sin romperse durante el trayecto. El único perjudicado de la comitiva resultó Luis Alberto Castellano, que hizo las veces de Cristo. "Se hizo daño en un homoplato durante las tres caídas. Además se le empezaron a marcar mucho los latigazos. A mí, que hacía de sayón -los que trasladan al preso a su muerte- hasta me insultaron varias personas del público. El viernes me llamaron de todo menos guapo", confiesa Sainz.

En Durango también disfrutaron de su ración de Semana Santa gracias a la cofradía de la Vera Cruz. El viernes vivieron su propio Vía Crucis desde la iglesia de Santa Ana portando el Cristo de la Agonía. A la noche, la procesión del Silencio partió emocionando a muchos desde el convento de las Carmelitas.