Basauri. El instituto de Urbi pronto podrá reabrir sus puertas completamente renovado. Tras veinte meses de trabajos, el Departamento de Educación del Gobierno vasco asegura que las obras de reparación de este centro escolar "van en plazo" y estarán terminadas a finales de abril.

Las reparaciones comenzaron con una visita de los técnicos de Lakua que concluyó con un informe que solicitaba reformas urgentes. No en vano, el instituto tiene cuarenta años y desde su apertura, no había visto reforma de calado alguna en sus instalaciones. Tras apuntalar la fachada y las paredes, comenzó una obra que enlazaría con la reforma integral del centro también en el interior.

La tarea, que ha supuesto una inversión de 1,8 millones de euros, conseguirá que el centro vuelva a la normalidad enteramente reformado. Y es que la obra está dando la vuelta a las instalaciones, desde el tendido eléctrico hasta las escaleras, accesos y rampas. Hasta el comienzo de las obras, el instituto no cumplía con las normas de accesibilidad, cosa que cambiará en abril. Cuando comenzó el grueso de los trabajos, los alumnos de bachillerato del centro en el que estudian más de 500 alumnos, fueron trasladados unos metros de sus aulas a unos módulos prefabricados que, desde entonces, hacen las veces de clases.

A pesar de que los obreros y las molestias desaparecerán en abril, la dirección del centro aún no ha decidido si reubicará a los chavales en el renovado instituto ese mismo mes o si ya esperará a la entrada del nuevo curso para hacerlo, ya que las clases de los estudiantes de esta edad terminan en mayo.

La idea de centralizar al alumnado en barracones no es única en la comarca. Los niños de Gandasegi, el colegio público de La Cruz en Galdakao, también se vieron desplazados durante dos cursos al colegio Egia. A su vez, los niños de este centro se instalaron en módulos equipados para la labor escolar. Cuando Gandasegi reabrió sus puertas en 2008, los barracones fueron vendidos por el Ayuntamiento, propietario de los mismo, para donar el dinero conseguido, 42.000 euros, se donó a Chinchero, en Perú, municipio hermanado con Galdakao.

Etxebarri tampoco se ha librado de tener que encomendarse a este tipo de instalaciones. La alta natalidad registrada en los últimos años en la localidad, hizo que el Ayuntamiento tuviera que construir un nuevo edificio para acoger una haurreskola. Entonces, los módulos fueron instalados en Bekosolo y se mantuvieron operativos entre 2005 y 2010.

Bizkotxalde, a la espera El instituto de Urbi no es el único centro escolar en Basauri que espera el fin de las obras. El colegio Bizkotxalde, antiguo Lope de Vega, también se mantiene en vilo. Así lleva años -desde 2009-, cuando Lakua derribó el edificio principal del recinto anexo a la calle Lehendakari Aguirre. En 2011 debería de haber sido inaugurado, pero las obras para su construcción aún no han dado comienzo. Sin embargo, parece que la espera está a punto de acabar. Y es que el proyecto de remodelación del centro está ejecutado y "pendiente de la contratación de las obras", según el Departamento de Educación. Además, está incluido en el plan de obras que el ejecutivo autónomo tiene establecido para este año 2013. Eso sí, para que las máquinas entren en el colegio, al centro le falta superar un último escollo: que Lakua incorpore una partida económica en los presupuestos generales del año, aún sin aprobar.

En esta situación están más centros escolares de la zona como los de Area-tza y Zeanuri. El proyecto del colegio de esta localidad está en fase de adjudicación esperando también al presupuesto para comenzar la obra. El de Areatza, está incluido en el plan de obras para su ejecución en 2015.