Bilbao. La brecha entre el pequeño comercio y las grandes cadenas se hace vez más inmensa en Bizkaia. Mientras que los pequeños negocios mantienen el tirón alargando la campaña navideña con "atractivas ofertas", las grandes cadenas ya lucen -a 2 de enero- en sus escaparates la palabra rebajas con descuentos que llegan hasta el 70%.
Y es que, desde que el Gobierno Rajoy sacase en verano el decreto que liberalizaba los plazos para las ofertas, los periodos oficiales de rebajas tal y como se conocían hasta ahora han desaparecido. Es decir, los comerciantes pueden mantener rebajas durante todo el año, una medida muy diferente a la que ha regulado este aspecto durante los últimos dieciséis años. Desde 1996, y casi como una tradición, las rebajas se limitaban a dos meses en las campañas de invierno y verano. El decreto ha recibido un aluvión de críticas por gran parte del sector comercial ya que, en opinión de responsables de asociaciones de comerciantes de Bizkaia y de la propia patronal del comercio del territorio, lo único que se consigue es "hundir" al comercio local en beneficio de los más "poderosos". Sin embargo, el Gobierno central ha desoído al pequeño comercio y, saltándose incluso al Gobierno vasco -competente esta materia-, ha establecido esta norma. "No se dan cuenta de que el comercio en Euskadi no tiene nada que ver con el de otros territorios. Toman las decisiones sin pensar en las consecuencias", apunta el presidente de Cecobi, Pedro Campo.
Ante este panorama, el gerente de la asociación de comerciantes del Casco Viejo, Jon Aldeiturriaga, afirma que este decreto agranda cada vez más las diferencias en el sector del comercio. "Ahora todo es libre, las grandes cadenas inician las rebajas un 15 de diciembre con un 30% y a 2 de enero, previo a Reyes, te plantan el cartel del 50 o del 70%. Para los pequeños negocios esa estrategia de venta no es viable; los pequeños no compran para vender en rebajas", se lamenta.
A pesar de todo, el pequeño comercio de Bizkaia se resiste a adelantar el periodo de rebajas a primeros de enero y ha decidido aguantar hasta el próximo lunes, 7 de enero, fecha en la que tradicionalmente comenzaban las rebajas de invierno. "Hay negocios que inevitablemente tienen que intentar alargar la campaña navideña porque es una manera de salvar el año, no para ganar dinero sino para mantener la persiana levantada", apunta Aldeiturriaga. "Estoy pensando en las perfumerías, complementos, maletería, regalos, este tipo de establecimientos necesitan estas fechas para vivir y si entramos en la dinámica de poner las rebajas en estas fechas pierden un porcentaje importantísimo de sus ingresos donde está el margen", afirma.
Pero la situación se antoja complicada. Las ventas en el sector comercial han caído en picado y en Navidad no han sido "las esperadas", afirman. Por eso, el sector, que lleva padeciendo una crisis de consumo continuada en el último lustro, se ha lanzado a la caza de hasta el último cliente; el juego es el mismo, pero las fichas con las que cuentan, diferentes. Los pequeños comercios apuestan por la fidelización de sus clientes y por eso ofrecen "atractivos descuentos". "No podemos empezar enero, con los Reyes por delante, con un descuento del 50%, perdemos dinero. Son fechas claves para nosotros. Es imposible competir con los grandes, tenemos que buscar otras vías porque de lo contrario solo nos va a quedar que cerrar", destaca la dueña de una tienda de lencería ubicada en el Casco Viejo de Bilbao.
Pero mientras que unos echan los restos para no terminar la temporada perdiendo dinero, en el otro lado, las grandes cadenas utilizan sus comodines de marketing y se lanzan a captar la atención de los consumidores con la estrategia de las rebajas, un periodo que hasta ahora daba comienzo al día siguiente de Reyes.
Importantes descuentos La mayoría de los comercios de la capital vizcaina anuncia en sus escaparates ofertas especiales por Navidad; pequeños descuentos que buscan rebajar las compras de sus clientes por estas fechas tan señaladas. Hay firmas que ni siquiera anuncian los descuentos, pero en su interior ofrecen precios especiales en algunos complementos. "Estos descuentos han existido siempre, pero sí es cierto que este año son más generalizados", apuntan desde la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Bilbao. Curiosamente, la palabra rebajas sigue siendo tabú para la mayoría de los pequeños comercios de la villa. Solo algunos se atreven a plantar en sus cristales este término; eso sí, hasta el lunes. "Si al final rebaja y descuento es lo mismo para el consumidor, pero el primer término atrapa más al cliente", explica Ana Mari, responsable de una zapatería ubicada en Indautxu. "Los decretos no deben marcar el día a día de nuestros negocios. La mayoría de los pequeños comercios van a seguir con las fechas de siempre. Es sin duda la mejor decisión", sentencia la propietaria de este negocio. Sin embargo, asegura que no es fácil competir con ello y mantenerse firme en la decisión. "Yo puedo resistirme, pero si el negocio de enfrente tiene colgada la palabra rebajas, a veces dudas", afirma.
Mientras tanto, hace más de una semana que algunas cadenas en Bilbao ya se han lanzado con las rebajas. Como ejemplo, una tienda sueca de ropa afincada en la plaza Moyúa, que luce enormes carteles de color rojo con la palabra rebajas en su escaparate; los descuentos alcanzan en algunos productos hasta el 70%. "No puede valer todo. Antes con las rebajas se beneficiaban las dos partes. Por un lado, el consumidor, y por el otro, el comerciante que sacaba el stock que le sobraba. Pero, ahora, ¿quién se beneficia? Al final terminarán engordando los precios para sacar beneficio", aseguran los comerciantes.
En este sentido, según relata el gerente de BilbaoDendak, Jon Zarate, la medida de los populares se tomó a espaldas de la gran mayoría del sector, "sin consultarlo". "Las rebajas y promociones son útiles cuando tienen un efecto llamada, bien porque se publicitan o porque tienen un periodo establecido tan reconocido que la gente sabe que lo inician", apunta. "Con el decreto se desvirtúan los periodos establecidos de rebajas y no agudiza el consumo, el efecto es todo lo contrario", dice Zarate. "Las consecuencias de las malas decisiones ya se empiezan a ver", concluye.