BARAKALDO. Las películas no siempre tienen un final feliz y la trama del filme que están viviendo los cines vizcainos está complicándose por un protagonista secundario, el IVA. La difícil situación que están viviendo los cines Ballonti, que tal y como adelantó ayer DEIA se encuentran inmersos en un concurso de acreedores, no parece ser un caso aislado en este sector del territorio. Según ha podido saber este periódico, la compañía Yelmo cines, que gestiona las pantallas de Megapark en Barakaldo, se encuentra en plena negociación de un ERE con su plantilla. La situación afecta a toda la cadena en el Estado y, por ende, a sus salas de Ezkerraldea.

Lo cierto es que la subida del IVA en 13 puntos efectuada por el Gobierno Rajoy en septiembre ha hecho mella en un sector que arrastraba cicatrices de la piratería y ahora se ha visto de nuevo tocado, y casi hundido.

Los sindicatos de los trabajadores de Yelmo Cines, que abrió once salas de proyección en el centro comercial Megapark, se encuentran ahora inmersos en la negociación que afectará a la plantilla de los cines a nivel estatal, por lo que los empleados en las salas baracaldesas también están afectados por este proceso. No se plantea apagar las pantallas, pero la situación en "crítica", se asegura. Fuentes sindicales que representan a este colectivo de trabajadores confirmaban ayer a DEIA la delicada situación en la que se encuentra la plantilla, que busca la salida menos traumática para sus intereses.

Estas circunstancias no sorprenden a los que se dedican al sector. "No se está pasando un buen momento", asegura categórico Alejandro Beitia, director cines Coliseo, y gestor de los Multicines de Bilbao. "El cine viene arrastrando un descenso de espectadores desde hace ya diez años", apunta. La subida del IVA del 8 al 21% hecha efectiva el pasado mes de septiembre tampoco está ayudando a salir del paso. "Está teniendo una incidencia muy negativa en el ámbito de la asistencia", explica tajante Borja de Benito, responsable de comunicación de la Federación de Cine, en representación de cadenas como Cinesa, Yelmo y Golem, que ocupan más del 80% de las salas vizcainas.

De media, las entradas para disfrutar de las carteleras han aumentado desde septiembre entre 0,70 y 0,80 euros y hasta situar el precio de la entrada entre los 7 y los 8 euros, más de 10 si se opta por una experiencia en tres dimensiones. "El poder adquisitivo se ha reducido para todas las personas y, sin embargo, el precio de todo está creciendo, por lo que lo primero de lo que prescindimos es del ocio", argumenta De Benito. La nueva situación, los nuevos precios, conllevan a tenor de De Benito, un mayor planteamiento a la hora de acudir al cine, escogiendo muy bien qué película ver. "Y en eso ganan las que más promoción han tenido y sabemos que nos van a gustar". De invertir en ocio, hacerlo con una apuesta segura. "Cuando quieres ver una película sigues yendo al cine. El problema es que ahora solo se ven esas películas y se deja de acudir a otras que antes sí tenían su público". Las más perjudicadas, además de las salas, son por lo tanto las películas "más independientes, más europeas...", explica.

Nuevas ofertas Paliar el aumento de butacas vacías se está poniendo en manos de promociones y ofertas con las que se pretende fidelizar al cliente y conseguir que repita su experiencia. "Todos están apostando por ello, sobre todo, a través de las tarjetas para compensar la subida de los precios. No tienen más remedio que pagar el IVA pero al menos pueden intentar evitar que la gente deje de ir a sus cines".

Los Multicines de Bilbao, por ejemplo, asumieron el IVA hasta el pasado mes de noviembre. Ahora, han subido las tarifas de sus entradas pero no de sus bonos. "Al menos, en eso lo vamos a mantener", asegura Beitia. Estas salas bilbainas, son, sin embargo, un oasis en el desierto de la crisis. Las de Ballonti y Megapark representan la otra cara de la moneda.