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La Casa de Juntas de Avellaneda recupera su escudo del siglo XVII

Varios restauradores le han devuelto su esplendor e impedido su deterioro

La Casa de Juntas de Avellaneda recupera su escudo del siglo XVIIFoto: DEIA

Bilbao. El escudo de la Casa de Juntas de Avellaneda vuelve a brillar como en el siglo XVII. Para ello, las manos expertas de varios profesionales han realizado un laborioso trabajo para someter a este elemento ornamental a un espectacular lavado de cara.

Tras dos meses y medio de intensa labor, el escudo que adorna la fachada del antiguo centro de la política de la comarca luce resplandeciente sobre la entrada del edificio donde se reunían los señores de las Encartaciones. Casi 400 años después - se colocó en 1635 - el escudo ha recobrado con la restauración casi su apariencia original. Los trabajos de mejora efectuados por una empresa especializada han servido para conservar los elementos existentes y paralizar los procesos de degradación, así como para recuperar algunos elementos constructivos y preparar la piedra con el fin de evitar un futuro deterioro de la histórica pieza.

El proceso de restauración del blasón, que cuenta con unos tres metros cuadrados de superficie, ha consistido básicamente en una limpieza minuciosa de toda la piedra, la consolidación química del soporte, la reposición de piezas desprendidas y el microsellado de fisuras y grietas.

Finalmente, para afianzar todo el conjunto, los técnicos han aplicado una protección a los sillares y el mortero mediante un tratamiento hidrofugante basado en tecnología de nanopartículas para crear una capa que proteja la piedra de las inclemencias del tiempo meteorológico.

Una pieza con mucha historia Un escudo que recuerda la importancia de esta zona de Bizkaia y su implicación en la conformación del territorio. Fue a principios de la Edad Moderna, en torno al año 1500, cuando la asistencia a las Juntas se regularizó enviando cada concejo o valle un representante. Fue a finales del siglo XVI cuando se decide construir un edificio singular dándole la forma de gran caserón que tuvo a lo largo de los siglos. Posteriormente, se realizaría una segunda obra, entre 1623-35 que culminaría con la colocación del espectacular emblema que luce la fecha de 1635. Las sucesivas restauraciones del siglo XX han respetado escrupulosamente este escudo hasta su intervención actual. La pieza es hija de su época. Se divide en dos partes: a la izquierda las armas de Castilla -dos castillos almenados con leones rampantes- y a la derecha las de Bizkaia, añadiendo la clásica iconografía usada desde el siglo XVI al XIX: el roble y dos lobos con un cordero en la boca.

Todo está rodeado por el toisón de oro, compuesto por una larga cadena que remata en su parte inferior en un cordero, símbolo de la monarquía y rematada en la cumbre con una corona condal.

Hoy la Casa de Juntas de Avellaneda es, en realidad, un conjunto de edificaciones de diversa cronología y estilo. Lo preside la Torre o Casa de Juntas propiamente dicha, una severa construcción almenada en cuya fachada lucen las armas de Las Encartaciones. Por la derecha se le adosa una pequeña construcción que en otro tiempo fue escuela y, con anterioridad, prisión. A la izquierda se levanta la Casa del Teniente del Corregidor que forma un ángulo casi recto con la torre, creando ante ambas una pequeña plazoleta o antuzano.

Y frente a todo ello la discreta ermita del Angel Custodio y la posada de los junteros, hoy convertida en un restaurante. Salvo este último edificio, el conjunto de Abellaneda es actualmente sede del Museo de Las Encartaciones, dependiente de las Juntas Generales de Bizkaia.