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Una deuda deja sin menú a la Torre Salazar

El restaurante debe 47.000 euros a Portugalete aunque Surposa asegura que existe "voluntad de pago"

Una deuda deja sin menú a la Torre SalazarTamara de la Rosa

Portugalete. El restaurante que ponía sabor a la Torre Salazar de Portugalete ha dejado de funcionar. Las mesas del local permanecen vacías desde hace dos meses y se han apagado los fogones. La situación económica podría haber sido una de las causantes del repentino cierre del restaurante jarrillero, alquilado a modo de concesión por el Ayuntamiento. Su actual concesionario ha dado por finalizada su andadura al frente del servicio dejando en las arcas municipales una deuda cercana a los 47.000 euros, en su mayoría por impago de las rentas. Ángel Anero, concejal de Comercio y presidente de la sociedad urbanística municipal Surposa, matizó ayer la "voluntad de pago" del arrendatario que se ha comprometido a eliminar la deuda en el plazo de un año. Mientras tanto, el consejo de Surposa estudia las nuevas propuestas llegadas hasta la sociedad para hacerse cargo del servicio en los próximos diez años.

El PNV de Portugalete hizo pública ayer la deuda que pesaba sobre el restaurante, que descansa hasta que lo relance el próximo adjudicatario. El pasado mes de septiembre finalizó el contrato que unía al Ayuntamiento con el concesionario del local, situado a los pies de la rehabilitada Torre Salazar. "Sin embargo, ha finalizado el contrato con una deuda cercana a los 47.000 euros", apuntó Jabier Aranburuzabala, portavoz del PNV en la villa. Para el jeltzale, la cantidad que adeuda al Ayuntamiento jarrillero el dueño del local, responde a una "gestión ineficaz del arrendamiento porque para llegar a esa deuda han tenido que pasar muchos meses sin que actuara el equipo de gobierno para intentar solventar el problema".

14.00o euros En concreto, el restaurante de Torre Salazar poseía, tras finalizar su contrato con el Consistorio jarrillero, un agujero cercano a los 50.000 euros. Sin embargo, la deuda ahora es menor. Y es que en el inicio de la concesión, Surposa solicitó un aval de 25.000 euros al responsable del local, por lo que esa cantidad no será devuelta y cubrirá más de la mitad de la factura. Además, el mobiliario y los enseres utilizados durante esta década en el restaurante han pasado a disposición municipal, estando valorados estos "entre los 8.000 y 9.000 euros", según apuntó ayer Anero. Así, quedarían pendientes de pago entre 14.000 y 15.000 euros; una cantidad que el hasta ahora responsable del servicio se ha comprometido a pagar. "Ha firmado una carta de pago en la que se dispone a cumplir con la cantidad restante en un año, más unos intereses del 4%", aclaró el presidente de Surposa.

La situación económica del restaurante del Casco Viejo portugalujo había sido una incógnita hasta el momento. "Lo estábamos llevando de una manera discreta", puntualizó Anero, que ve "irresponsable" que haya salido a la luz. "Los vecinos algo se olían porque se veía que estaba cerrado pero no se sabía nada", explicó. "El adjudicatario ha hecho su trabajo en el restaurante lo mejor que ha sabido", subrayó el presidente de la sociedad urbanística.

Nuevo arrendatario "Tenemos que defender los intereses de los portugalujos y no podemos quedarnos de brazos cruzados", sostuvo Aranburuzabala que consideró que "lo que no puede ser es que se tengan los problemas guardados en un cajón". "Hay que apoyar al comercio, porque los tiempos no son los mejores, pero siempre dentro del marco legal", defendió.

Surposa ya está estudiando las ofertas, con condiciones más acordes a la actual coyuntura económica, para hacerse con el servicio para la próxima década. Los empresarios interesados en poner de nuevo en marcha sus fogones han tenido hasta el 14 de noviembre para presentar sus ofertas. En principio, el servicio ha salido a licitación con una rebaja considerable en cuanto al alquiler anual de las instalaciones, que Surposa ha fijado en 18.000 euros. El nuevo adjudicatario deberá dejar también una fianza del 50% del importe, es decir, 9.000 euros, my por debajo de la presentada por el anterior responsable que ascendía a 25.000 euros.

El restaurante jarrillero podría recuperar pronto la actividad y estrenarse, así, en plena vorágine navideña.