Menos verde en Malmasin
Los ecologistas Sagarrak denuncian el corte de arbolado autóctono bajo las líneas de alta tensión
Basauri
Alrededor de dos hectáreas de arbolado autóctono han desaparecido del monte Malmasin debido a las talas y desbroces que las compañías eléctricas han realizado estos días con el fin de que la flora no afecte a las líneas de alta tensión. Parte de este suelo estaba siendo sometido a planes de regeneración por parte de la asociación ecologista de Basauri, Sagarrak, dentro de su plan de reforestación de este monte en el que lleva plantados ya 11.000 árboles locales como robles, fresnos, sauces, cornejos y abedules. Incluso un roble centenario censado en la zona ha sucumbido bajo las máquinas. "No se ha llegado a talar pero le han pegado tal poda que el año que viene le va a costar volver a salir", asegura Oscar Quintela, uno de los expertos en esta materia dentro de Sagarrak.
Parte de este suelo bajo la línea que atraviesa el monte desde La Peña hasta San Miguel ha sufrido talas o podas, mientras que la peor parte ha sido sometida a desbroces. Y aunque desde la asociación no se oponen a que las eléctricas limpien los bajos del cableado de forma que no suponga un peligro el suministro, piden que esta tarea se realice de forma que no se ponga en jaque la regeneración de estas laderas, tan visitadas por los vecinos de la comarca.
Y es que incluso para las compañías sería "más positivo y barato" seguir los consejos de los ecologistas que no hacerlo", adelanta Quintela. "El motivo es simple. Si desbrozas (despejar de toda vegetación una zona) automáticamente te crecen en este suelo especies invasoras como la falsa acacia o el plumero de la pampa. Estas especies crecen muy rápido. Cada año, suben unos tres metros, por lo que si quieren mantener la seguridad tienen que podar o talar muchas más veces", explica.
Por ello, Sagarrak propone otras fórmulas "que benefician a todos" y dañan en menor medida la biodiversidad del monte. Entre ellas, los ecologistas apuntan a "limitar el número de líneas eléctricas, fomentando el soterramiento de las ya existentes o su eliminación progresiva" y "realizar los trazados de nuevas líneas o modificar los ya existentes por zonas con menor afección a las zonas naturales, como las vías de comunicación".
Poda frente a tala No obstante, hay otras posibilidades a tener en cuenta, incluso en tiempos de crisis, como los actuales en los que las empresas no optan por grandes obras. Así, Quintela pide que el mantenimiento de los tendidos eléctricos se realice atendiendo también a los valores naturales del terreno. Para ello, las empresas contratadas por las eléctricas podrían cambiar la tala de las especies autóctonas por su poda.
Estas especies -robles, hayas, fresnos...- tardan muchos años en tomar una altura que ponga en jaque el cableado, por lo que durante su crecimiento, las compañías se ahorrarían los desbroces. Una vez alcancen altura, las empresas podrían proceder a su poda.
Personal capacitado De cara a poner en marcha estas medidas que ahorrarían dinero y esfuerzo a las eléctricas, además de los beneficios que tendrían para el monte, las compañías deberían "capacitar a las personas que llevan a cabo el mantenimiento de los tendidos eléctricos para que los trabajos se realicen con la menor afección ambiental posible".