BILBAO. El Ayuntamiento de Bilbao ha puesto en marcha el primer Plan contra la Pobreza de la villa con una partida presupuestaria de 400.000 euros, con los que pretende atender a 16.000 bilbainos que están al límite y que pueden caer al abismo si no mejora su situación, tal y como informaba ayer DEIA con datos del estudio realizado por Cáritas. El concejal de Acción Social, Eduardo Maiz, explica que "no podemos resolver su situación económica, pero al menos procuramos atender las necesidades básicas de estas personas que están al borde de la exclusión".
El Plan contra la Pobreza incidirá en tres aspectos básicos: la alimentación e higiene, la ropa, y el mantenimiento de la vivienda. Para ello, el Ayuntamiento trabajará conjuntamente con Cáritas y con el Banco de Alimentos.
Las instituciones no pueden ser ajenas a la situación que viven los ciudadanos como consecuencia de esta brutal crisis. El concejal de Acción Social del Ayuntamiento de Bilbao explica que se trata de evitar que aumenten los casos de marginación y pobreza de esa población que está al borde del abismo de la pobreza. El plan del Ayuntamiento de Bilbao quiere incidir precisamente sobre estas personas. Este año ya se encendió una luz roja de alerta sobre estos casos y se desviaron 300.000 euros de otros departamentos, en los que se hicieron recortes para atender esas situaciones que ya se habían detectado. Pero los pronósticos para 2013 no son mejores; por este motivo, por primera vez, los presupuestos de Bilbao recogen lo que se denomina Plan contra la Pobreza, con una partida de 400.000 euros.
Cinco ejes Por un lado, se va a favorecer el acceso a productos alimenticios a personas y familias con capacidad de elaboración de estos productos en su vivienda, en colaboración con el Banco de Alimentos, que se encargará de su distribución.
Otro de los frentes a abordar será el beneficiar el acceso a productos de higiene y alimentación a personas y familias con capacidad de elaboración del alimento en la viviendas, en coordinación con Cáritas, a través de una subvención nominativa, ampliando el cheque de compra básica. Otra partida tratará de garantizar las cenas en el albergue de baja exigencia de Mazarredo, reforzando la atención de un educador durante dos horas y media en el momento de entrada. También se reforzará la partida dedicada a ropa.
Finalmente, el grueso de la partida presupuestaria tratará de promover o mantener el disfrute de la vivienda en situaciones de grave necesidad, utilizando los recursos de Viviendas Municipales.
Para dotar de una partida económica a los cinco ejes de este plan, Eduardo Maiz mantendrá un encuentro en enero con los responsables del Banco de Alimentos y Cáritas, en el que analizarán cómo seguir afrontando este problema. "Tendremos que valorar si hay colectivos que se nos han podido quedar fuera. Nos preocupan mucho las mujeres con hijos a su cargo, porque es el colectivo con problemas más graves. Son un número menor de casos, 250, pero viven situaciones más graves".
El Área de Acción Social contará con otros recursos además de los 400.000 de este nuevo plan para luchar contra la pobreza y la marginación. De hecho, se trata de una de las áreas junto a Seguridad Ciudadana que se han visto menos tocadas por los recortes en el presupuesto de 2013. Así, del cómputo general, se destinarán 6.629.153 euros del área para atender a otros colectivos también afectados por la pobreza y la marginación. La partida más importante se va a destinar a ayudas de emergencia social, para lo que el Ayuntamiento ha reservado 3.866.700. Otros 680.000 euros se destinarán a los comedores sociales y 724.453 euros tratarán de cubrir los alojamientos de urgencia. Además, el Ayuntamiento va a firmar convenios con diversas entidades colaboradoras para paliar los problemas de pobreza y marginación de la ciudad.
un colectivo nuevo Los vecinos de Bilbao a los que quiere dar cobertura este nuevo plan no son nuevas personas sin techo, afirma Maiz. "En Bilbao sigue existiendo el mismo número de personas sin hogar que los últimos años: alrededor de 240 personas, de las que 80 utilizan los recursos municipales, y el resto vive en la calle. Tampoco son las 16.000 personas que en estos momentos cobran algún tipo de ayuda para hacer frente a la vivienda o a un gasto imprevisto". La crisis está poniendo sobre las cuerdas a un colectivo de personas cuya situación era delicada ya de por sí. "Bien porque tienen contratos inestables que pueden fallarles a uno o a los dos miembros de la familia, o porque se les puede acabar el paro y las dificultades de encontrar empleo en estos momentos son grandes o gastos imprevistos, problemas para pagar algún recibo. Han vendido sus propiedades y no tienen más recursos que les pueden servir de colchón y en algunos casos incluso han podido agotar las ayudas familiares...".