Bilbao

Adrenalina, emoción y diversión, todo ello entre curiosas y ecológicas balas que, pese a escenificarse en un ambiente totalmente bélico, solo provocan buen rollo y risas. Todo esto lo crea el airsoft, una práctica catalogada como deporte extremo. Se trata de un juego que cuenta cada vez con más adeptos entre los vascos y que el proyecto EuskadiAirsoft se encarga de difundir. El campo de batalla de esta iniciativa, surgida hace dos años, se asienta en la localidad arratiarra de Igorre y está arrasando entre los aficionados. "Estamos teniendo muy buena acogida: todos los fines de semana están prácticamente completos de gente que llega desde distintos lugares como Gasteiz, Burgos y Cantabria", explica el gerente de EuskadiAirsoft, Alberto García.

Es tal el éxito y el público que se interesa por esta práctica, que la empresa ha querido ampliar sus horizontes y hace escasos dos meses estrenó un nuevo campo de airsoft en Burgos. "En Hontoria de la Cantera tenemos un campo abierto que tiene incluso cuevas y que alquilamos los fines de semana completos, las 48 horas de forma ininterrumpida. Por su parte, el terreno de Igorre lo alquilamos por día", explica García. Ahora, unos meses después de abrir esta nueva sucursal, ya estudian poder estrenar una tercera, en esta ocasión en la capital alavesa. "El mundo del airsoft ha llegado a Euskadi relativamente tarde pero a la gente le gusta mucho practicar este juego: se divierten y se lo pasan muy bien", añade el gerente de esta empresa.

La diversión, la evasión y las risas se adueñan semanalmente de este campo de batalla de Igorre, donde una veintena de personas se agrupa contra otros veinte jugadores más. "Es un deporte en el que priman el buen rollo y la diversión", explica Alberto García.

La conquista de la bandera, el rescate de prisioneros y sabotear al enemigo contrario son algunos de los juegos o tácticas que se pueden practicar en este terreno. Allí, entre trincheras y sacos terreros, se crea la magia de poder sentir, por unas horas, que el jugador está en un auténtico campo de batalla; en esos momentos, se experimentan pocas emociones más que la adrenalina y el instinto de supervivencia para no ser eliminado.

"Un juego muy divertido" Los que han probado este juego quedan más que satisfechos; de hecho, la mayoría de ellos repite. "Suelo venir a Igorre muy a menudo, sobre todo en momentos de estrés porque jugar aquí me hace olvidar los problemas y me libero de todas las tensiones", afirma Jon, que llegó desde Iruñea para pasar seis horas en este campo de guerra. "Al principio no me llamaba la atención venir porque tenía un concepto distinto de ello", reconoce. Y es que, a pesar del numeroso público que ya ha jugado en este campo, la reacción inicial siempre echa para atrás, pues puede parecer violento. "Todas las personas me dicen lo mismo; la gente, cuando viene a jugar la primera vez, se frena mucho porque lo ven como un juego violento. Eso sí, una vez que se ponen a jugar, se dan cuenta de que es un juego muy divertido", expone el gerente de EuskadiAirsoft.

Ahora, como novedad y tras el éxito arrollador que han cosechado en Igorre, la empresa arratiarra quiere llegar hasta Gasteiz y crear allí un nuevo campo de juego para que "Euskadi pueda disponer de más espacios donde puedan disfrutar tanto jóvenes como mayores", apunta. "Los menores -siempre desde los 14 años- también pueden participar en el que hasta hace poco era un juego prácticamente desconocido para todos los vascos", matizan desde EuskadiAirsoft.

Reponer fuerzas Entre lucha y disparo, el tiempo se pasa volando. Tanto es así que, cuando los jugadores se quieren dar cuenta, la fatiga ha hecho mella en ellos. Es el momento en el que todos los participantes necesitan reponer nuevamente sus fuerzas y en el que se agradece especialmente el hamaiketako que prepara la empresa. Es tiempo, además, de comentar las hazañas y bromear junto a los rivales. Eso sí, una vez repuestas las fuerzas, la batalla continua.

Para hacerlo todo más real y que los jugadores lo vivan con más intensidad, este juego se practica con trajes de combatientes actuales de múltiples nacionalidades, así como con sus correspondientes accesorios. Estar allí convierte al jugador en un marine americano, un talibán, un paracaidista británico o un gudari vasco. Aunque también hay quien recrea batallas históricas recreándose con uniformes de época. Es el jugador el que decide a quién quiere interpretar.