Y dime, ¿tú que haces cuando todos tus sueños se hacen realidad?, cantó el poeta. No sé si esa pregunta alcanza al ginecólogo Agustín Gogeascoechea, quien el pasado 1 de enero cruzó al otro lado de la alambrada, donde la libertad campa a sus anchas tras toda una vida de trabajo. Agustín se ha jubilado, un verbo que aún puede conjugarse -al paso que va la burra habrá que santiguarse para alcanzar tal condición...- con la dignidad que él lo ha hecho, cuarenta y cinco años después de que llegase al Hospital de Cruces, tras estudiar en Iruña y completar su formación en Suiza. Cuenta su biografía que tras siete años de trabajo en el hospital, Agustín se instaló en el la Clínica Vicente San Sebastián de Deusto, donde ha trabajado durante 38 años ininterrumpidos. ¿Hizo realidad todos sus sueños? Es mucho cielo que tocar ése, pero vista la cantidad y calidad de amigos que ayer le homenajearon con un emotivo almuerzo en el restaurante Aizian del Hotel Meliá uno diría que estuvo cerca, muy cerca. A lo sumo le falta, más mar, más horizonte despejado ante sus ojos. No en vano, este hijo de Busturia es un avezado lector de las cartas de navegación...

"No me creerá si le digo que hace años que perdí la cuenta de cuántos niños ayudé a traer al mundo. Pero sí puedo decirle que no me equivoqué en absoluto de elección"; aseguraba ayer el hombre, emocionado cuando se bailó un aurresku en su honor o cuando vio cómo el lehendakari, José Antonio Ardanza -"es un viejo amigo", dijo- se sumaba a la corte de homenajeadores. Acompañado por su familia (su compañera de viaje, María José de Miguel y sus hijos Euken, Ana y Agustín Gogeascoechea...), el buen doctor fue agasajado por sus colegas, con Eduardo López Arregui (le dedicó hermosas palabras...) y Fernando Cerio al frente.

A la cita se sumaron Pedro Ensunza, Jon Darpón, Hipólito Suárez, José Manuel Díaz Munío, Luis María Guevara, María José Ruiz de Porres, Mariano Aróstegui, Eugeni Basterretxea, Jesús Etxebarria, Ana Martín, Javier Manso, Jesús Marín, Pedro Juaristi, Luis Manuel Renedo, Fermín Aranguren, Iñigo Davalillo, Antón Gándara, Ander Aya, Natxo Garaizabal, José María Castillejo; las matronas Marian Lafuente, Ayala López de Aberasturi, Conchi Alonso y Yolanda Ramos, Koldo Pérdigo, Julio Garaizabal, Enrique Añibarro, Pedro Garatea, José Gurrea, Ladis Batarrita y un sinfín de compañeros y amigos, todos encantados de haberle conocido.

Esta es la historia del que se va -ya está contado...- y los que llegan. No en vano, el IMQ homenajeó anoche en la Sociedad Bilbaina a los jóvenes que colaboran con ellos en la asistencia sanitaria en San Mamés, capitaneada por Nacho Rozas. La cena tuvo el toque romántico de los grandes sueños. Al reconocimiento a la labor sorda de los asistentes, hay que añadir que, tras la cena, se realizó un sorteo de camisetas donadas por jugadores de la primera plantilla del Athletic, cuyos fondos servirán para participar en un Rally Solidario entre Sevilla y Marraketch. Lo harán el propio Nacho y su copiloto, Jorge Vilallonga, cuyo fin es repartir ayuda en colegios de África. Al encuentro asistieron, entre otros, el consejero delegado del IMQ, José Andrés Gorricho, el director general del IMQ, Mitxel Duñabeitia, Javier Agirregabiria, Jon Darpón, el rector de la UPV/EHU, Iñaki Goirizelaia, el león Carlos Gurpegi; el vicerrector del Campus de Bizkai, Carmelo Garitaonandia y el decano de la Facultad de Medicina, Agustin Martínez Ibargüen, entre otros. Todos fueron felices.