Bermeo
La actividad cotidiana de Bermeo, sus paisajes y sus gentes, fueron lo suficientemente ricos como para colmar el ansia de inspiración de tres artistas de la talla de Amadeo Duque y los hermanos Jon y Andolin Jauregizar. Una fértil localización que sirvió para que estos ya desaparecidos artistas creasen innumerables cuadros "que no son falsos, pero tampoco reales" y que enriquecen el patrimonio cultural bermeotarra.
Conscientes de ello, la asociación local de arte -que lleva el nombre de Benito Barrueta, pintor del cual fueron alumnos estos Tres pintores de Bermeo, como reza el trabajo- otorgó una beca el pasado año de cara a recoger sus obras en un catálogo que fue presentado ayer al público. En él Khuruts Begoña detalla la vida de los protagonistas a través de los testimonios de sus allegados, además de realizar un análisis del trabajo de cada uno. "He descubierto que la vida de aquellos artistas no difiere mucho de los de ahora. Ellos también se vieron obligados a elegir entre el arte, la familia y el trabajo para ganar dinero", explica sobre estos grandes aunque aficionados pintores, que se ganaron la vida de carpinteros o de cordeleros.
A lo largo de un año, Begoña ha localizado aproximadamente 700 obras, sobre todo en Bermeo aunque también en Bilbao, Mungia o localidades más alejadas como Salamanca, por lo que ha sido necesario hacer una criba a la hora de ser analizados. "Hemos recogido dónde están, a quién pertenecen, sus estilos y medidas... pero solo hemos publicado 33, las que se muestran en la exposición y que son casi todas cedidas por particulares", desvela el autor del trabajo.
Este catálogo, que se repartirá por correo a los domicilios de la villa costera a lo largo de la próxima semana, desvela cómo aunque los tres fueron alumnos de Barrueta y eran amigos, cada uno de ellos desarrolló un estilo diferente. "Duque era clásico, postmodernista, y buscaba la captación del momento. Paisajes y, sobre todo, personas trabajando, descansando… siempre con un estilo impresionista", desgrana Begoña. "Andolin era realista, aunque en las figuras, no en los colores, y desarrollaba su trabajo a través de pinceladas, de manchas. Por otro lado, Jon trabajaba más el dibujo y, en ocasiones, en lugar de lienzo utilizaba soportes rugosos que le daban mayores opciones para dibujar", concluye.
Esta ha sido la primera actividad de recuperación de la memoria histórica y del patrimonio cultural de Bermeo "para que no se pierdan con el paso del tiempo", aunque podría tener su continuidad en el futuro ya que "podría ser el inicio de una serie de investigaciones tendente a recuperar todas aquellas figuras bermeotarras del mundo del arte en general", avanzaron sus responsables.