Todo ese universo mágico asociado a la conjunción de los astros o la alineación de los planetas queda fuera de su alcance. Quince años después de su nacimiento, Alaiki, con Gotzon Bilbao, Ane Rueda y Arkaitz Uribe en la coordinación de un equipo de gigantes, ha demostrado que es capaz de dominar los distintos saberes del teatro de la vida. No en vano se han convertido en maestros de la puesta en escena, en esa rara y maravillosa conjugación de elementos que conforman la imagen y que, puestos a jugar a la metáfora de la representación teatral abarca la dramaturgia, los decorados o escenografía; la iluminación; los vestuarios y la caracterización; la interpretación y el sonido. Nada, salvo lo sobrenatural, se escapa de sus manos...

Lo que quiere decirse, para no distraerles, es que el catálogo de servicios de Alaiki es tan extenso que solo es posible enumerarlo con la letanía de un rosario y eso, por escrito, resulta un punto latoso. Baste decir que desde parques infantiles a deportes de aventura; desde las animaciones culturales a, que sé yo, las verbenas; desde museos, a casas de cultura o gaztelekus; desde ludotecas a planes estratégicos, entregas de premios, ferias y exposiciones, aniversarios, recepciones y un queseyó descomunal, todo cabe en la imaginación y el buen hacer de esta empresa.

Ayer fue su séptimo día. Quiero decir, que descansaron. O por decirlo de otro modo, trabajaron para ellos mismos. No en vano organizaron la fiesta de su decimoquinto aniversario, celebrada en el Ein Prosit, donde Enrique y Alfred Thate invocaron a todos los demonios de la fiesta. No en vano, despertándose la noche aparecieron en el local viejas glorias del Athletic que se habían citado para el recuerdo de las inevitables batallitas del fútbol.

Antes de que eso ocurriera, por el local pasaron a ayudar a soplar velas a los magos de la escena gente como Mikel García Kortazar, Jon Urresti, Xabi Sánchez, Iran-tzu Unzetabarrenetxea, Fernando Urkijo, Juan Antonio Esteban, Maitane Leizaola, Gotzon Lobera, Xabier Legarreta, Gorka Arrinda; el clan de las invencibles o, lo que es lo mismo, Ziortza Azpiazu, Naiara Efpligares, Ainhoa Hoyos, Ane Pérez, Palmy Gutiérrez, Tamara Saiz, Eider Langara, Ane Anton y Zudaire Gorroño; Jon Aldeiturriaga, Arantza San Andrés, Itxasne Agirre, Arrisun Monsterio, Aitor Landa, Paco Alcolea; la concejal Itziar Urtasun, Gabino Martínez Arenaza, Javier Landa, Xabier Aja, Unai Aizpuru y una larga cuerda de amigos que en no pocas ocasiones han sido clientes, de gente que aún cree en la magia del buen hacer.