larrabetzu. Larrabetzu cuenta desde el pasado agosto con nueve hoyos nada elitistas. Son los nueve hoyos largos que conforman el único campo de golf comercial de Bizkaia. Se trata de Bilbao Golf, que comenzó su actividad el pasado verano en un campo que perteneció al Club de Golf de Artxanda. Tras un cambio de propietarios, estas instalaciones han iniciado una nueva andadura con una forma de explotación de este deporte nada habitual en el País Vasco. Consiste, sintetizando, en el reserve y juegue. Así, este campo escapa del modelo más presente en otros campos de golf de Bizkaia, en los que impera el sistema a base de socios o abonados, o en los que se juega en la modalidad de p&p. "Nuestra filosofía va a ser la de un campo abierto, tratar de que todos los aficionados a este deporte, independientemente de su edad o nivel de juego, disfruten", explica Gonzalo Elías, secretario de la junta directiva de Bilbao Golf. "En un campo comercial no hay socios, no hay ataduras: reservas, llegas, pagas un precio razonable y te vas", añade.

afición y demanda Se establece así en este territorio histórico un sistema de explotación que es más habitual en zonas más vacacionales, donde los turistas aficionados al golf hacen un uso ocasional de los campos. "Veíamos que en Bizkaia existía una demanda de este tipo de campos", afirma Elías. Y es que en esta zona hay un buen número de clubes y agrupaciones de golf sin campo propio, y este tipo de instalaciones suponen una alternativa para ellos. "En Bizkaia hay afición este deporte. Actualmente hay más de 9.000 personas federadas, lo que hace que esta federación sea de las más grandes después de la de fútbol y la de caza", destaca Elías.

Esta afición está teniendo como aliada a una progresiva ruptura de esa imagen tan arraigada que sitúa al golf como un deporte de élites y de gente con un alto poder adquisitivo. La creación de las escuelas de golf o la puesta en marcha de campos comerciales pueden suponer un paso más para superar esa realidad. "Un campo comercial es el que erradica ese san benito", afirma Elías. "Lo que no está al alcance de todo el mundo es pagar ciertas cantidades por ser socio de un club", añade. Así, Elías quiere desterrar esa idea de que el golf es un deporte caro, alegando que un equipo para iniciarse no asciende tanto "y los palos duran para siempre", y que es suficiente una ropa cómoda, pantalón y polo, y un calzado deportivo adecuado.

Ahora, con el campo funcionando con normalidad y tras los primeros meses de rodaje, Bilbao Golf tiene como objetivo dar a conocer este deporte entre los más jóvenes. "Tenemos planes para fomentar este deporte en colegios y demás colectivos", explica Elías. "En Bizkaia hay más de 1.500 licencias de categorías inferiores, de niños, lo cual demuestra que hay querencia entre los chavales", añade. "Por sus características, es un deporte que es compatible con cualquier otro que practiquen los jóvenes".

La pasada semana visitaron este campo miembros de la Federación Española de Golf que han valorado y medido el campo para comprobar que cumple con todos los requisitos necesarios. Así, Bilbao Golf prevé que en breve podrán poner en marcha torneos.

"El golf lo puedes considerar como un deporte de competición, como un deporte en el que recorres muchas distancias andando, pero lo que sí que es, indudablemente, es un deporte que te pone en contacto con la naturaleza", asegura Elías. Y eso es algo que se cumple en el campo de Bilbao Golf, que cuenta con el privilegio de estar en un lugar fuera de serie en lo que a paisajes se refiere. La naturaleza se muestra rotunda en este rincón de Larrabetzu, desde donde se contempla una bella estampa de la comarca del Txorierri. "Tenemos dos robles bien plantados", destaca orgulloso Elías, que además quiere dejar claro el uso responsable que se hace del agua en estas instalaciones. "Para regar se utiliza solo agua de lluvia", explica; un agua que se recoge en los tres lagos que posee el campo y que en estos momentos están colmados tras el temporal y los chaparrones que cayeron en el País Vasco la pasada semana.

Desde este campo animan a la gente a iniciarse en esta disciplina que para los ojos de los profanos parece tan inaccesible y ajena. Incluso Elías explica que para los que comienzan en este deporte, desde este campo pueden impartirles clases y dejarles un equipo. "Solo tendrían que venir con el guante necesario para el juego y con zapatos adecuados", explica, aunque lo habitual, y en general establecido, es que cada aficionado tenga su propio equipo.

Para jugar en este campo, al igual que sucede en todos los campos de golf, hay que estar federado. Es una norma que viene establecida desde la propia Federación Española, y que lo que garantiza es que cada jugador tenga un seguro y que posea unas nociones para compartir el juego, o lo que Gonzalo Elías llama "un saber estar en el campo". "Yo siempre suelo decir que es mejor pasar el rato del golf con una persona que no juega bien pero que sabe estar, que con una que juega bien pero que hace el día inaguantable", destaca riendo.

naturaleza pura Es precisamente su ubicación en plena naturaleza la que hace que este campo de golf cuente a veces con visitantes inesperados y que, desde luego, no acuden a Bilbao Golf para probar sus habilidades con los palos. La pasada semana, por ejemplo, hizo acto de presencia un nutrido grupo de más de treinta patos que se establecieron a sus anchas en los lagos. Pero no todas las visitas sorpresa son tan bienvenidas y hay algunas que se llevan con resignación, como la de algún que otro jabalí que se ha metido al campo por la noche y ha estropeado levemente el césped, que ha de arreglarse con premura para que esté intacto cuando lleguen los jugadores.

En cualquier caso, son pequeños incidentes que los responsables de Bilbao Golf atribuyen con humor a ese entorno privilegiado del que goza el campo. La naturaleza es lo que tiene...