En 2002 decidieron arriesgar y fundar su propio negocio. Por aquel entonces, la palabra crisis sonaba como algo muy lejano. Poco a poco, y a base de trabajo, Urbegi fue construyendo los cimientos de lo que hoy es un sólido grupo integrado por una docena de empresas que factura ocho millones de euros al año y emplea a cerca de 300 personas. Por su iniciativa recibirá el miércoles 2 de noviembre en el Klaret Antzokia de Balmaseda el DEIA Hemendik Gizarte Erantzukizun Korporatibo Saria.
Su actividad se centra en la realización de labores de subcontratación para instituciones y administraciones, el sector servicios y otros organismos públicos y privados. El campo de actuación de Urbegi abarca desde limpieza viaria y de edificios hasta la destrucción de documentación, gestión de estaciones de servicio, grabación de datos o control de accesos y aparcamientos.
Desde su sede central en el polígono industrial de El Páramo, en Balmaseda, coordina a los trabajadores de sus oficinas de Bilbao y Madrid y las instalaciones de Bakio y Arrigorriaga.
Su buen hacer en época de bonanza les ha permitido sobrevivir en medio del duro panorama económico que vive Enkarterri, además sin dejar de lado la ética, los valores humanos y su compromiso con la comarca. De hecho, mientras la tasa de paro amenaza con llegar a límites todavía más insostenibles, "en los dos últimos años hemos generado más de cien puestos de trabajo", detalla Agustín Basarrate, uno de los cinco socios fundadores de Urbegi.
repartir los negocios Desde el principio supieron ver que una de las claves de los buenos resultados empresariales sería diversificar los negocios. "Cuando nació Urbegi éramos cinco personas dedicándonos a cuatro cosas diferentes, pensando que si una fallaba nos quedarían las demás. Lo que por entonces no podíamos ni adivinar es que nos enfrentaríamos a una recesión global", reflexiona.
El carácter cambiante de la economía hace que sea muy importante no dejar pasar las oportunidades cuando se presentan, otra de las máximas que Urbegi aplica en su funcionamiento diario. "Siempre hemos tratado de conservar ese espíritu emprendedor", sostiene Agustín Basarrate. Y pone un ejemplo: "Justo cuando se empezaron a sentir los primeros síntomas de la crisis acabábamos de realizar una inversión de un millón de euros. Todo salió bien, pero nos arriesgamos. Con eso quiero decir que creemos en la suerte, en la suerte que se busca".
Aun en plena bonanza, los primeros pasos como empresarios no resultaron fáciles. Llamaron a muchas puertas hasta que el Ayuntamiento de Balmaseda les ayudó a establecerse en un local. Por eso, al hacerse necesario el traslado a un lugar más grande por el crecimiento del negocio, no dudaron en quedarse en la villa. "Estamos aquí porque el Ayuntamiento nos echó una mano y nos gustaría devolver el gesto", agradece.
Nunca han pensado en abandonar Enkarterri, a pesar de que quizás podría resultar más cómodo para el funcionamiento de la empresa. Desean que todo lo que producen revierta a la economía comarcal, que no atraviesa su mejor momento. La madera y el papel, que tradicionalmente han sido el sustento para miles de personas, se encuentran en claro declive y probablemente nunca volverán a ser lo que fueron. "Enkarterri precisa reinventarse y probar suerte en otros sectores diferentes de los tradicionales", propone Agustín Basarrate.
La asociación empresarial Enkarterri Group, que agrupa a más de medio centenar de empresas, se fundaba este año con ese objetivo. Urbegi comparte su filosofía de intercambiar estrategias de trabajo para que invertir en la comarca resulte atractivo. Es la razón por la que se han implicado activamente con esta iniciativa.
inserción laboral Otra de sus preocupaciones es facilitar la inserción laboral de las personas que más obstáculos encuentran para conseguir trabajo. "El 75% de la plantilla la forman trabajadores discapacitados", dice. Las iniciativas sociales cobraron protagonismo en Urbegi desde su nacimiento y condujeron a la creación de centros especiales de empleo.
El año pasado echó a andar la Fundación Urbegi, que canaliza todas las iniciativas de las que participan personas a las que les cuesta más entrar en el mercado de trabajo. La fundación ha puesto en marcha en Bizkaia una iniciativa que forma a personas con inteligencia límite, la primera de este tipo que se desarrolla en el territorio.
El año 2006 marcó un punto de inflexión en la trayectoria de Urbegi. Fue entonces cuando el grupo sobrepasó la cifra de cien empleados y, tras unos primeros ejercicios en los que persiguió consolidarse, decidió ampliar sus ámbitos de negocio. Una apuesta que se tradujo en la incorporación de más servicios y campos de actividad y la adquisición de las instalaciones de El Páramo desde las que se controla todo el grupo.
Así, Urbegi reparte su trabajo en cuatro grandes áreas relacionadas con servicios industriales, integrales, singulares y tecnológicos. Esta última sección se adelanta a las tendencias del mercado para dar respuesta a las necesidades que van surgiendo en el apartado de innovación. Atiende, por ejemplo, consultoría tecnológica y desarrollo de aplicaciones digitales, creación de estrategias de marketing digital y posicionamientos en las redes sociales.