Barakaldo.

Las notas de un piano se escuchan en el pasillo. Solo durante unos minutos. Pero son suficientes para que se conviertan en la banda sonora del conservatorio municipal de Grado Medio de Barakaldo. Su directora, Ana Isabel Galíndez, es el complemento perfecto a la melodía. "El piano es nuestro instrumento estrella, el preferido por los estudiantes", destaca, al percatarse de la tímida canción que se agota casi al instante.

La actividad no llegará a las aulas del centro hasta octubre, momento en el que se abarrotará. Y es que este curso que empieza, el conservatorio de música baracaldés podrá acoger a 16 alumnos más que el pasado año llegando así, casi a los 300 escolares. "Esta cifra nos consolida como un centro de referencia en Ezkerraldea", indica Galíndez.

Muchos alumnos se han tenido que quedar fuera. "No hay sitio para más, pero tenemos mucha demanda", explica la directora del centro desde su centenario despacho . "El edificio tiene cien años y claro, la distribución de las aulas da para los alumnos que da", explica. Este curso las aulas están completas. En concreto, 276 alumnos llenarán de ritmo el edificio después de que el Ayuntamiento ampliara su capacidad.

El piano no se encuentra solo en top five de los instrumentos más demandados. Tras él se sitúa la guitarra, la flauta y el violín. Pero, además de estos cursos, el conservatorio de música de la localidad fabril también imparte lecciones de Oboe, Saxofón, Clarinete, txistu, acordeón e instrumentos de percusión. Así hasta 16 especialidades "aunque nos gustaría poder añadir más, como por ejemplo canto o trombón", apunta Galíndez.

La directora se acuerda de todos los alumnos que han pasado por el centro durante sus 29 años de historia, incluyendo a aquellos que han triunfado en el panorama musical. "Muchos de los que han estudiado aquí están impartiendo clases o tocando, han salido muchos alumnos brillantes de estas aulas", recuerda.

Hasta de Cantabria En el conservatorio se reúnen cada tarde estudiantes desde los 8 y hasta los 18 años, "los más pequeños se hacen enseguida con la técnica del instrumento que escogen", asegura. Y no solo reciben alumnos de Barakaldo, sino que llegan desde todo Euskadi -Bilbao, Laudio, Muskiz...- e, incluso, de Cantabria. "Muchos llegan de Castro por cercanía con el municipio", aclara Galíndez.

Además, el centro, que acaba de soportar una reforma en su terraza para evitar las goteras derivadas del paso del tiempo en el edificio, facilita la incorporación de nuevos alumnos con un servicio de alquiler de instrumentos "porque los aitas se pegan un susto tremendo cuando ven lo que cuestan, por ejemplo, un fagot", apunta Galíndez.

Este curso, el conservatorio espera ampliar la oferta instrumental "en función de la demanda y el presupuesto, que para este año asciende a 12.000 euros", explicó Carlos Fernández, concejal de Cultura.