Lekeitio

medio siglo puede dar para mucho. En lo que se refiere a la pesca de bajura en los puertos vascos, ese periodo de tiempo puede suponer un cambio drástico en su desarrollo. Así, teniendo en cuenta los últimos 50 años, se pasa de la época dorada de actividad pesquera, en la década de los 60, a la menos boyante que se viven en la actualidad. Y Lekeitio no ha sido inmune a esa tendencia.

Fiel reflejo de esa evolución es el libro recién editado por el lekeitiarra Josu Erkiaga, en el que recoge el listado de las embarcaciones de bajura que han faenado en su localidad en este periodo, y en el que la disminución progresiva de su cantidad muestra bien a las claras el declive de la actividad arrantzale. "El mayor número de embarcaciones se dio en 1963, en el que hubo hasta 28 barcos de bajura -contando los arrastreros, llega hasta las 32 embarcaciones-. Ahora tan sólo quedan dos buques", lamenta el autor de la publicación, cuya gestación se produjo, precisamente, en una conversación en la que se debatía "si en algún momento había habido 30 embarcaciones al mismo tiempo en nuestro pueblo", desvela Erkiaga.

'Baxurako arrantza Lekeition, 1960-2010' es el fruto de más de dos años de intenso trabajo de recopilación de datos tanto en Capitanía Marítima como en la Cofradía de Pescadores lekeitiarra en el que Erkiaga, además de enumerar con todo lujo de detalles y fotografías cada una de las embarcaciones pesqueras, intercala los testimonios de antiguos arrantzales y recoge otros datos como los tipos de pesca y cifras de capturas o la actividad de astilleros de la localidad. Unos números que dejan bien a las claras la importancia que tuvo la dársena en la actividad del herrialde, llegando a competir con actuales potencias como Ondarroa o Bermeo.

También hay un apartado para los apodos -por los que suelen ser más conocidos muchos arrantzales en su propio pueblo-, para lo que ha contado con la colaboración de los mismos pescadores.

En homenaje a "quienes han sido patrones" y también a su propio padre, Jesús Erkiaga 'Atila' -del que también ha heredado su apodo-, a lo largo de 256 páginas se recogen datos y fotografías que buscan "hacer llegar a nuestras nuevas generaciones el testimonio de una actividad que ha sido primordial en Lekeitio y que no tenemos que dejar que se olvide", pide Erkiaga. Los jóvenes que, pese a vivir de cara al mar desconocen su ligazón con la historia, serán los receptores del mensaje.

En Lekeitio hubo 58 embarcaciones de bajura en los últimos cincuenta años, y esos buques son rescatados de la memoria por Erkiaga con su correspondiente fotografía, el listado de la primera y última tripulación en cada una, además de los datos técnicos de la nave, como las medidas, su precio de compra inicial, motor o el nombre de los armadores. Todos ellos ya ausentes en la dársena lekeitiarra, salvo los aún activos 'Ondarzabal' y 'Kalamua'. Son los dos últimos exponentes de una práctica que tanto ha dado a un municipio costero que, antaño, vivió volcado a la mar.

"En la mayoría de los casos las fotos las logré en los registros de Capitanía, pero en muchos casos faltaban porque los habían ido arrancando. Aunque no ha habido costumbre de guardar fotos, la verdad es que varias familias me han facilitado algunas", recuerda. También se recogen los nombres de las 283 embarcaciones de más de 10 metros de eslora del pasado siglo.

Del trajín a la escasez Y es que esos eran tiempos en los que los puertos de la costa vasca eran un hervidero de actividad en las campañas de la anchoa o el bonito. "Aparecen fotos en las que se ve embarcaciones atracadas en la parte exterior de la bocana, porque no había sitio para todas cuando en la campaña de la anchoa desembarcaban barcos gallegos, asturianos y montañeses -cántabros-". No en vano, y como se puede comprobar en los gráficos de evolución del libro, en 1964 en Lekeitio se descargaron más de 4.000 toneladas de bokarte. "Esa es la cuota total de pesca de anchoa que actualmente corresponde a todo el Estado español", añade el escritor, para hacerse una idea de la actual situación de los pescadores. Las restricciones motivadas por el Mercado Común, como la imposición de las 200 millas para la pesca en la década de los 70 y que acotaron las zonas en las que faenar, son las principales razones que señala Erkiaga para motivar esa caída.

La relación de datos se completa, además, con relatos de arrantzales entre las que se recogen las de Jose Uskola, 'Pastela', además de un fragmento de la novela 'Itsasoa eta ni', de Imanol Berriatua, en la que el fraile elantxobetarra contaba sus experiencias en las costas de Dakar, en Senegal. Hasta allí también llegaron a faenar los buques lekeitiarras. "Quise rememorar las historias que me contaba mi padre, pero en lugar de hacerlo directamente preferí cambiar el género de la narración introduciendo este testimonio de un gran valor sentimental", explica Erkiaga. De hecho, 'Atila', que debe su sobrenombre a que le gustaba buscar sitios nuevos para la pesca, encontró un caladero en las costas senegalesas "donde ahora faenan barcos de Bermeo y hacen mucho dinero. Él aconsejó preparar barcos para ir allí, pero no se animó nadie", rememora el hijo del viejo patrón.

El mundo en torno a la actividad pesquera también ocupa en el libro, como lo hace en la historia de Lekeitio, un lugar destacado, centrándose en los cinco astilleros operativos y que daban trabajo a cerca de 75 personas y del que salían una decena de barcos al año. "En el de Mendieta se hizo el barco de madera más grande jamás construido en Euskal Herria". Se trata del Cruz de Larun, concluido en el año 1957, y que pesó la friolera 316 toneladas al ser botado a las aguas del Cantábrico desde la desembocadura del río Lea.

Enciclopedia vital La publicación se trata, por lo tanto, de una enciclopedia que recoge un pequeño pero vital trozo para conocer la historia de Lekeitio, algo que Erkiaga asegura que se podría profundizar más aún -"cada txalupa debería de tener su propia historia", asegura-. En su recién concluida labor se ha percatado de que es posible retrotraerse aún más en el tiempo ya que, pese a que "el problema es conseguir las fotos de los anteriores a los 60", en Capitanía Marítima se recogen fielmente los datos desde el año 1900, "con acontecimientos míticos, como la tragedia de la galerna de 1912", en la que murieron 143 hombres de Bermeo, Ondarroa, Elantxobe y Lekeitio, y de la que el 12 de agosto del año que viene se cumplirá un siglo.

Cien o cincuenta años, se trata de capítulos de la pequeña historia de cada pueblo que merecen ser recordados. Y Lekeitio, gracias al empeño de Josu Erkiaga, ya tiene una publicación para rememorar su amplia historia arrantzale.