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Su cuerpo, en Austria; su corazón, en Hungría

Otto, gran luchador antifascista, fue acusado injustamente de tener relaciones con los Franco

Lekeitio. Otto era el último príncipe con derecho a ser coronado de un linaje, los Habsburgo, que se remonta 600 años atrás. En el siglo XVI, la familia se dividió entre los Habsburgos de España, encabezados por Felipe el Hermoso, y otras ramas monárquicas más jóvenes. La rama española se extinguió en 1700 con la muerte de Carlos II y fue remplazada por la dinastía de los Borbón. La austriaca llegó a su fin en 1780 con la muerte de la emperatriz María Teresa, lo que abrió el camino a la sucesión de la Casa de Lorena. El linaje pasó a llamarse Habsburgo-Lorena, al que pertenecían monarcas como María Antonieta y la no menos célebre Sissi.

Otto ha sido criticado por haber mantenido relaciones con la familia Franco. El archiduque se justificaba diciendo que "al igual que otros mandatarios europeos", se relacionaron "circunstancialmente", "sin posicionarse a favor del régimen dictatorial". Ramón Pérez Maura, autor del Imperio a la Unión Europea: La huella de Otto de Habsburgo en el siglo XX, cuenta que "para Franco, era uno de los candidatos idóneos para el trono español". Fue el propio Otto de Habsburgo quien convenció al dictador de lo absurdo de tal pretensión: "Todo acabó cuando Franco me escuchó decir que bajo ninguna condición aceptaría una solución que me incluyera. Yo fui leal a la dinastía española y punto. Y, además, francamente, ser rey desde el punto de vista personal es una de las tareas más horrorosas que se pueden tener en la vida. Se acepta si es un deber, pero no se acepta por ambición", confesó.

El corazón de Otto de Habsburgo reposa en la abadía benedictina de Pannonhalma, a unos 100 kilómetros de Budapest (Hungría). El resto del cuerpo fue enterrado en la Cripta de los Capuchinos de Viena, junto al cuerpo de su esposa, conservado para tal ocasión. Enterrar los corazones por separado es una tradición muy arraigada en la estirpe de los Austrias. El macabro ritual proviene del siglo XVII. La trayectoria de los corazones empezó a variar con el tiempo, y al final suelen descansar allá donde, en vida, decide cada miembro imperial.