Bilbao

SIN quererlo, se ha convertido en el gurú del optimismo y la felicidad. "Dí una conferencia en broma en Lleida, la colgaron en Youtube sin mi permiso y desde entonces me llaman de todos los sitios. Esto es una locura, me ha cambiado la vida". Así resume Emilio Duró su salto al estrellato mediático. Ayer ofreció una charla en la Alhóndiga sobre "La gestión de la ilusión en tiempos de cambios", invitado por Kaiku. Emilio es una de las más de 5.700 personas que se han unido al Movimiento contra la mala leche creado por la firma lechera. Su receta para ser feliz pasa por hacer deporte, ser más emocional (abrazarse más, querer más) y cuidar el intelecto (estudiar y leer). Lo que no entiende es que una persona pueda "estar todo el día de mala leche".

Emilio repite constantemente que él es "un hombre normal" y "nadie para dar consejos a los demás". "Yo soy un tío de un pueblo de Lleida", explica, "que siempre he trabajado para poder vivir". Licenciado en Ciencias Económicas, ha sido profesor colaborador de distintas universidades y es un prestigioso consultor. Hace año y medio le llamaron para dar una conferencia sobre Comercio y "al ver la cara de los que estaban en el auditorio, pensé que no me iban a entender nada". Así que decidió hablar de otras cosas más mundanas, que ahora se han convertido en verdaderos mandamientos sobre la autoayuda. El resto ya se sabe, Youtube, Buenafuente, Motos... y la Alhóndiga.

Él reconoce que no es una personas positiva por naturaleza pero que "lucha constantemente por cambiar la negatividad por la positividad". "Me cuesta mucho", dice, "pero todos los días lo intento para ser un poco más feliz el resto de vida que me queda". Cuando le preguntan si es feliz, Emilio responde que "depende del día". "Hay días", explica, "que no quiero ni levantarme de la cama, pero hay que esforzarse".

Felicidad Las claves de la felicidad son tres, según Emilio. La primera es la salud, "por eso, hay que cuidar el cuerpo". Recomienda hacer deporte diariamente "una hora por lo menos", lo que hará que "gracias a las endorfinas nos sintamos mejor". La segunda clave es la parte emocional. "Hay que cuidar y recuperar las emociones porque la globalización nos está haciendo perderlas", dice. ¿Cómo se recuperan? le preguntamos. "Hay que volver a abrazarnos, a tocarnos, a querernos, a bailar...", responde. Y la última clave: "cuidar el intelecto". "Hay que esforzarse en leer y estudiar", insiste.

Aunque Emilio diga que no es quien para dar consejos, lanza uno que para él es fundamental: "Hay que tener pasión por la vida porque estamos viviendo en el mejor mundo posible, no nos podemos quejar". A los que hay que evitar, según él, es a los "amargados". "Hay gente que se levanta todos los días de mala leche", dice, "pero eso es porque existe una causa". De ahí que aconseje "cuidarse y tratarse eso porque no se puede vivir 100 años con mala leche".

Emilio se siente abrumado por la popularidad que está alcanzado y preocupado porque "estoy perdiendo la intimidad". "Como siga así voy a perder a mi familia, que es maravillosa, porque al final el éxito te posee y eso es peligroso". Es difícil imaginar que este gurú del optimismo se desvíe de su objetivo final, que no es otro que ser feliz en la vida, porque todos sus mensajes llevan una gran carga de sentido común. Ayer, más de una persona salió de la Alhóndiga con una buena dosis de felicidad.